El misterio del huevo perdido
Había una vez en una granja en la hermosa región de Córdoba, Argentina, una niña llamada Martina. Martina vivía con su abuela Josefina, quien tenía una gallina muy especial llamada Carmela. Carmela ponía huevos de colores brillantes que parecían joyas.
Un día, Martina descubrió que alguien había robado uno de los preciados huevos de Carmela. Decidida a resolver el misterio, Martina emprendió un emocionante viaje por la granja para descubrir al ladrón.
--Abuela, ¡alguien ha robado el huevo de Carmela! --exclamó Martina con preocupación. --Tranquila Martina, lo resolveremos juntas. Primero, vamos a ver si podemos encontrar alguna pista en el gallinero --respondió Josefina con calma. --¡Mira, abuela! Aquí hay huellas extrañas que van hacia el bosque --señaló Martina emocionada.
Juntas siguieron las huellas hasta llegar a un claro en el bosque, donde encontraron a un zorro travieso jugando con el huevo robado. --¡Señor Zorro, necesitamos ese huevo de vuelta! --exclamó Martina con valentía.
El zorro, sorprendido por la determinación de la niña, accedió a devolver el huevo y se disculpó por su travesura. De vuelta en la granja, Carmela puso el huevo en su nido y pronto nació un pollito de colores brillantes.
Martina aprendió que la valentía y la determinación pueden resolver cualquier misterio, y que todos merecen una segunda oportunidad, incluso un travieso zorro. Desde ese día, Martina y Carmela compartieron muchas más aventuras en la granja, siempre cuidando de sus preciosos huevos.
FIN.