El misterio del Inti Raymi en Pozuzo
Había una vez en el pintoresco pueblo de Pozuzo, donde las montañas se alzaban imponentes y el río fluía cantarín, vivía una niña llamada Killa. Killa era curiosa y siempre estaba ávida de conocimiento sobre las tradiciones de su pueblo. Un día, mientras escuchaba a su abuelita contar historias sobre el Inti Raymi, la festividad inca en honor al Dios Sol Inti, Killa decidió que quería descubrir más sobre esta celebración tan importante.
Con la determinación en su corazón, Killa se adentró en el bosque en busca de respuestas. Mientras caminaba entre los árboles y las sombras, se encontró con un anciano sabio, conocido como Taita Inti, quien le habló sobre la magia del Inti Raymi y cómo era una tradición que se celebraba desde tiempos inmemoriales. Con ojos brillantes y una sonrisa, Killa escuchaba atentamente cada palabra que Taita Inti le compartía.
-“El Inti Raymi es una celebración llena de alegría y agradecimiento al sol, que nos da vida y energía”, explicó Taita Inti. “Es un momento para renovar nuestros votos con la naturaleza y honrar la sabiduría de nuestros ancestros”.
Intrigada por todo lo que había aprendido, Killa decidió participar en la preparación del Inti Raymi. Con ayuda de su familia, se dispuso a recolectar flores, tejer guirnaldas y preparar ofrendas para la ceremonia. Todos en el pueblo estaban emocionados y trabajaban juntos para hacer de la celebración un evento inolvidable.
La víspera del solsticio, el pueblo se reunió en la plaza central, vestidos con sus trajes tradicionales, llenos de color y significado. Los tambores retumbaban y los cánticos llenaban el aire. El humo de las hogueras se elevaba hacia el cielo estrellado, fundiéndose con el resplandor de las estrellas. Y entonces, llegó el momento más esperado: la llegada del oráculo, quien bendeciría la ceremonia en honor al Dios Sol.
Mientras observaba la asombrosa celebración, Killa se dio cuenta de algo sorprendente. Debajo del resplandor del Inti, el famoso oráculo reveló un mensaje inspirador: “Que la luz del sol ilumine tu camino y que el espíritu del Inti guíe tus pasos en la vida, recordándote siempre la importancia de la unidad y el amor por la naturaleza”.
Killa comprendió entonces que el Inti Raymi no solo era una festividad, sino un recordatorio de apreciar la grandeza del sol, la tierra y el vínculo que compartimos con todo lo que nos rodea. Con el corazón lleno de gratitud, Killa se unió a la celebración con renovado amor y respeto por las antiguas tradiciones de su pueblo.
FIN.