El Misterio del Jardín de Invierno



Era una tarde oscura y lluviosa cuando el abuelo Coco salió a su jardín de invierno, un lugar lleno de plantas y colores. Pero al asomarse, se topó con algo extraño: una maceta rota y tierra regada por todos lados. Justo en ese momento, su vecino Tato apareció por la puerta.

"Hola, abuelo Coco, ¿qué pasó aquí?" preguntó Tato, intrigado.

"No sé, Tato, parece que alguien rompió esta maceta"," dijo el abuelo, acariciándose la barba.

Decididos a investigar, comenzaron a revisar. Observando el lugar, notaron huellas de barro que llevaban hacia el seto.

"¡Mirá! Ahí están las huellas", exclamó Tato.

Siguieron el rastro hasta que encontraron un pequeño canario atrapado entre las ramas.

"¡Pobre pajarito! Seguro que intentó posarse en la maceta y cayó", dijo el abuelo, compasivo.

Con mucho cuidado, liberaron al canario y lo llevaron de vuelta a la entrada del jardín. Fundidos en risas y alegría, se dieron cuenta que no todo misterio es un problema; a veces, simplemente hay que ayudar.

"Lo importante es cuidar nuestro jardín y a sus habitantes" concluyó el abuelo.

Y así, la tarde oscura se convirtió en una lección de amistad y cuidado por la naturaleza.

FIN.

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