El Misterio del Jardín Mágico
Érase una vez en un pequeño pueblo, un grupo de amiguitos: Lila, Tomás y Juan. Eran inseparables y siempre buscaban aventuras. Un día, mientras exploraban un bosque cercano, encontraron un pequeño jardín escondido entre los árboles. El jardín estaba lleno de flores de colores brillantes y mariposas que danzaban por el aire.
"¡Miren este lugar! Es maravilloso!" - exclamó Lila, corriendo hacia una rosa gigante.
"¡Sí! Pero está tan descuidado... Hay malezas por todas partes" - observó Tomás, pisando una rama seca.
"Tal vez deberíamos ayudar a que luzca mejor. Podríamos construir un cercado con alambre y plantar más flores" - sugirió Juan, entusiasmado.
Decididos a darle vida al jardín, los amigos empezaron a planear cómo hacerlo. Juan, que era muy bueno en matemáticas, se puso a calcular el área del jardín que querían cercar.
"Si pretendemos cercar el jardín y sabemos que el área debe ser de 10400 metros cuadrados, ¿cuánto alambre necesitaremos?" - preguntó, mientras se acariciaba la barbilla pensativo.
Lila movió la cabeza, asombrada: "No tengo idea, pero sé que el largo tiene que ser 30 metros menor que el doble del ancho..."
Tomás sacó un cuaderno, abrió un lápiz y empezó a anotar:
"Bueno, llamemos ancho a 'x'. Entonces, el largo sería '2x - 30'. Y el área, como sabemos que es ancho por largo, se puede expresar así: x(2x - 30) = 10400."
Los amigos se pusieron a resolver la ecuación.
—"Entonces" - continuó Tomás "2x^2 - 30x - 10400 = 0" - y se quedó mudo mientras contemplaba la ecuación cuadrática.
Lila, siempre lista para ayudar, sugirió: "Podríamos usar la fórmula general para resolverla: x = (-b ± sqrt(b² - 4ac)) / 2a. Entonces, a = 2, b = -30 y c = -10400".
Juan y Tomás miraron a Lila, impresionados por su conocimiento matemático.
"¡Vamos, hagamos los cálculos!" - dijo Juan emocionado. Juntos, resolvieron la ecuación y encontraron que el ancho era 70 metros y el largo resultaba ser 110 metros.
"¡Lo logramos!" - gritó Tomás "Ahora necesitamos saber cuánto alambre necesitamos para cercar esto. ¿Cuánto mide el perímetro?"
Juan, siempre atento a los detalles, se acordó de la fórmula del perímetro: P = 2(largo + ancho). Así que,
P = 2(110 + 70) = 2(180) = 360 metros.
"Espera un momento, debemos tener en cuenta que el alambre va a pasar tres veces sobre los postes. Así que tendremos que multiplicar por 3. ¡Necesitaremos 1080 metros de alambre!" - concluyó Juan.
Contentos con su trabajo, los tres amiguitos comenzaron a juntar el material necesario y se pusieron manos a la obra. El día pasó volando entre risas y alegría mientras limpiaban el jardín y colocaban el alambre alrededor.
"¡Miren! Ahora parece un verdadero jardín mágico" - dijo Lila, mirando feliz cómo las flores comenzaban a cobrar vida de nuevo.
Cuando terminaron su tarea, se sentaron juntos en el nuevo jardín, rodeados de colores y aromas.
"Nunca imaginé que las matemáticas ¡podrían ser tan divertidas!" - comentó Tomás.
"¡Y lo mejor es que hicimos algo hermoso para nuestro pueblo!" - añadió Juan, apuntando a las mariposas que volaban alegres sobre las flores.
Desde ese día, el jardín mágico se convirtió en su lugar favorito para jugar y aprender juntos. Y cada vez que lo visitaban, recordaban la aventura que los unió aún más, descubriendo que las matemáticas pueden ayudarnos a crear magia en la vida.
Con una sonrisa en los rostros, los tres amigos prometieron seguir explorando y aprendiendo cada día, y así, sus corazones siempre estarían llenos de alegría y entusiasmo. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!
FIN.