El Misterio del Juego Perdido



Era un día común en la escuela secundaria, y Aneatsu estaba sentado en su clase de Informática, mirando la pantalla de su computadora. En medio de un ejercicio aburrido de programación, una ventana emergente apareció de la nada.

"¿Te atreves a jugar?" decía la pantalla, y abajo, una extraña pregunta parpadeaba.

"¿Qué es lo que vale más que el oro pero menos que el aire?"

Aneatsu frunció el ceño.

"¿Qué es esto?" se preguntó, sintiendo una mezcla de curiosidad y temor.

Esa noche, mientras se preparaba para ir a dormir, su teléfono vibró. Era un mensaje de un grupo de amigos con un enlace.

"Mirá esto, Aneatsu! Es el juego del que todos hablan."

Sin dudar, hizo clic en el enlace. Una vez en el sitio, se dio cuenta de que la misma pregunta lo estaba esperando. Sin pensarlo mucho, comenzó a jugar, al principio como si fuera un simple rompecabezas. Sin embargo, a medida que avanzaba, algo extraño comenzó a suceder.

Cada vez que respondía mal, escuchaba un eco distante, como si alguien estuviera susurrando en su cabeza.

Aneatsu llegó a la tercera pregunta y, aunque dudó, decidió seguir adelante. La pantalla se volvió oscura y apareció un número, un countdown que se reducía rápidamente.

"¿Qué es esto?" - murmuró, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

En ese momento, su mejor amiga, Sofía, lo llamó.

"Che, Ane, ¿viste lo que está pasando? La gente está desapareciendo… cada noche, como si nunca hubieran existido."

"¡No puede ser! ¿Y si tiene que ver con ese juego?" - dijo Aneatsu, con los ojos muy abiertos.

Así, Aneatsu y Sofía se unieron con un grupo de amigos para investigar. Decidieron no jugar más, pero la curiosidad podía más en ellos que el miedo. Juntos, formaron un plan.

"Tenemos que averiguar quién está detrás de esto" - dijo Lautaro, uno de sus amigos.

"Quizás si logramos responder la pregunta correctamente, podemos detenerlo todo" - sugirió Sofía.

Al día siguiente, se reunieron después de clase y se dedicaron a investigar en la biblioteca. Cada libro que leían parecía darles pistas sobre la naturaleza del juego.

"Encuentro que esta pregunta tiene que ver con la amistad y la verdad. El aire es gratis, y el oro vale mucho, pero lo que realmente importa son las conexiones" - explicó Aneatsu.

"Eso es! Lo que tenemos que hacer es compartir nuestro conocimiento y trabajar juntos" - dijo Lautaro emocionado.

Finalmente, al llegar a la última pregunta, decidieron usar toda la información que habían recopilado.

"La respuesta es la amistad, porque es invaluable y nos da fuerza para enfrentar cualquier desafío" - dijo Aneatsu con confianza.

Al pulsar 'enviar', todos los amigos sostuvieron la respiración. La pantalla brilló por un momento y luego quedó en blanco.

"¿Funciona?" - preguntó Sofía, nerviosa.

De repente, comenzaron a escuchar risas en el aula. La pantalla de la computadora se encendió de nuevo, y a pesar de que el juego había terminado, la población que había desaparecido comenzó a regresar, como si el tiempo nunca los hubiera separado.

"¡Lo hicimos! ¡Lo logramos!"

"El poder de la amistad es increíble!" - gritó Lautaro mientras todos se abrazaban.

Desde ese día, Aneatsu y sus amigos aprendieron que trabajar en equipo, compartir y confiar en los demás es lo más valioso que tienen. Nunca más volvieron a dudar de que el verdadero tesoro está en las conexiones que hacemos en la vida.

Así, Aneatsu no solo superó un reto mortal, sino que también descubrió lo que realmente importa: la amistad y la unión en tiempos difíciles.

FIN.

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