El Misterio del Lago de Julcán



**Ilustración 1: El hermoso paisaje de Julcán, con montañas verdes y un lago brillante en el centro.**

Érase una vez en un pueblito encantador llamado Julcán, donde los atardeceres eran de los más hermosos que se puedan imaginar. En ese lugar vivía una niña llamada Lía, que adoraba explorar los rincones de su localidad. Lía tenía un espíritu curioso y un amor profundo por la naturaleza.

**Ilustración 2: Lía en el bosque, rodeada de árboles altos y flores coloridas.**

Un día, mientras paseaba por el bosque, Lía escuchó el rumor de las aguas del lago.

"¿Qué misterio guardará el lago hoy?" - se preguntó Lía, emocionada.

Se acercó al lago y vio que las aguas brillaban con un color especial. Al acercarse, notó algo extraño en la orilla: un pequeño objeto brillante.

**Ilustración 3: Lía agachándose para recoger un objeto brillante del agua.**

Lía se agachó y recogió el objeto, que resultó ser un pequeño espejo. Miró su reflejo y, para su sorpresa, el espejo comenzó a hablar.

"Hola, Lía, yo soy Espejín. He estado esperando a alguien valiente como vos para ayudarme a resolver un misterio" - dijo el espejo con una voz amigable.

Lía, intrigada y un poco asustada, replicó:

"¿Un misterio? Pero, ¿qué tipo de misterio?"

"El misterio de los colores del lago. Un hechizo ha robado los tonos vibrantes que solían brillar en sus aguas. Necesito que juntos busquemos los ingredientes para romperlo" - explicó Espejín.

Sin pensarlo dos veces, Lía aceptó la aventura.

**Ilustración 4: Lía y Espejín recorriendo los paisajes de Julcán, encontrando ingredientes como flores, piedras preciosas y hojas.**

Recorrieron los hermosos paisajes de Julcán, donde Lía recolectó flores de colores brillantes, piedras que relucían bajo el sol y hojas verdes. Cada vez que encontraban un ingrediente, Espejín lo guardaba en su espejo.

"Es genial descubrir estas maravillas de la naturaleza" - decía Lía alegremente.

Finalmente, después de una tarde llena de descubrimientos, Lía y Espejín llegaron a la última pista: el Árbol del Sabio, un árbol milenario que conocía todos los secretos de Julcán.

**Ilustración 5: Un majestuoso árbol de grandes ramas donde se ve un rostro amable en el tronco.**

"Oh, Árbol del Sabio, necesitamos tu ayuda para romper el hechizo del lago. Hemos reunido todos los ingredientes, pero, ¿cómo los usamos?" - preguntó Lía llena de expectativa.

"Para devolverle la vida al lago, deben mezclarse con el amor que le tienen a este lugar... y un poco de música" - respondió el árbol sabia y gentilmente.

**Ilustración 6: Lía y Espejín cantando mientras esparcen los ingredientes en el lago.**

Lía, emocionada, comenzó a cantar una canción aprendida de su abuela, mientras Espejín flotaba sobre el agua al ritmo de su voz. Al esparcir los ingredientes en el lago, el agua empezó a brillar intensamente.

De repente, un arcoíris apareció sobre el lago, y en cuestión de minutos, sus aguas recuperaron todos los colores del mundo: azules profundos, verdes vibrantes, amarillos soleados y rojos intensos.

"¡Lo logramos!" - gritó Lía llena de felicidad.

**Ilustración 7: La alegre celebración de la gente de Julcán en la orilla del lago, admirando su belleza.**

Los habitantes de Julcán se unieron a la celebración. Ahora, el lago no solo era hermoso, sino también un recordatorio del valor de la colaboración y el amor por la naturaleza. Espejín, contento por el éxito, dijo:

"Gracias, Lía, por ser tan valiente. El lago siempre te recordará por esto".

Y así, Lía aprendió que un pequeño acto de amor puede hacer grandes cambios en el mundo.

**Ilustración 8: Lía sonriendo mientras observa el lago transformado.**

Desde ese día, cada vez que el sol se ponía sobre Julcán, el lago brillaba con mil colores, recordando a todos que los tesoros de la vida siempre se encuentran en la unión, la naturaleza y la música.

**Fin.**

FIN.

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