El Misterio del Lago Espejo
Era un hermoso día de verano en el pueblo de Villa Tranquila. Cuatro amigos, Sofía, Lucas, Camila y Martín, decidieron ir de aventura. Se levantaron con el sol, prepararon sus mochilas con galletitas, agua y un mapa, y partieron con destino a la montaña que se alzaba majestuosa al fondo de su pueblo.
"¡Vamos, ya quiero llegar!" - gritó Lucas emocionado mientras corría por el sendero.
"¡Esperá, Lucas! No todo es carrera!" - respondió Camila, tratando de alcanzar a su amigo.
Sofía y Martín se reían mientras caminaban a un ritmo más tranquilo.
"¿Sabían que en la cima de esa montaña hay un lago que se llama Espejo?" - preguntó Sofía.
"Espejo, ¿por qué?" - inquirió Martín, curioso.
"Dicen que el agua es tan clara que refleja todo como un espejo. Algunos hasta dicen que si haces un deseo, se puede volver realidad!" - explicó Sofía con ojos brillantes.
Después de una larga caminata y varias paradas para disfrutar de las galletitas y los cuentos, llegaron a la cima. Cuando vieron el lago, sus ojos se llenaron de asombro. El Lago Espejo resplandecía con los colores del cielo y los árboles, como un verdadero espejo.
"¡Increíble!" - exclamó Camila.
"¡Quiero probar el deseo a ver si me traen una bici nueva!" - se rió Lucas.
Los amigos se sentaron en la orilla del lago, disfrutando de la vista y haciendo dibujos en la tierra. En un momento, Camila se asomó para mirar el agua y vio una sombra que se movía en el fondo.
"¿Vieron eso?" - preguntó, alarmada.
"Seguramente son peces. No hay nada de qué preocuparse" - respondió Martín tratando de calmarla.
Pero la curiosidad pudo más que el miedo, así que Camila se acercó más. En ese instante, la sombra emergió y los amigos observaron asombrados que era una tortuga gigante.
"¡Miren, una tortuga!" - gritó Sofía.
La tortuga se acercó a la orilla y, sorpresa de los niños, comenzó a hablar:
"Hola, pequeños aventureros. Soy Tula, la guardiana del Lago Espejo. He estado esperando que lleguen."
Los amigos miraron atónitos a la tortuga, con la boca abierta.
"¿Qué quieres de nosotros, Tula?" - preguntó Martín, emocionado por el encuentro mágico.
"He notado que algunos han dejado de creer en la alegría de los deseos. Les pido su ayuda para recordarles a todos que los sueños son importantes" – dijo Tula, moviendo su cabeza con seriedad.
"¿Y cómo podemos ayudar?" - preguntó Lucas con entusiasmo.
"Cada uno de ustedes deberá hacer un deseo sincero, uno que ayude a los demás. Luego, juntos lo lanzaremos al lago y verán cómo se ilumina el agua. Así, recordaremos a todos la importancia de ayudar y de creer en los sueños de cada uno" - explicó Tula con una sonrisa.
Los niños se miraron entre sí, emocionados. Al principio, pensaron en deseos materiales, como juguetes o bicicletas, pero después de pensar un momento, decidieron hacer deseos que ayudaran a los que los rodeaban.
"Yo deseo que todos los niños tengan un lugar donde jugar" - dijo Sofía, con mucha fuerza.
"Yo deseo que la gente en el pueblo se ayude más entre sí" - agregó Martín.
"Yo deseo que todos tengan un amigo con quien compartir la vida" - aseguró Camila.
"Y yo deseo que nunca falte la risa y la diversión" - finalizó Lucas, satisfecho por su deseo.
Después de hacer sus deseos, sumergieron sus manos en el agua y se despidieron de Tula.
Los amigos lanzaron sus deseos al Lago Espejo y, con cada deseo que caía al agua, se formaba un destello mágico. El lago brilló intensamente, iluminando la montaña con colores mágicos. Todos se sintieron felices; sabían que habían hecho algo importante.
"Hicimos bien, ¿verdad?" - dijo Martín, mirando al lago.
"Sí, y siempre debemos recordar que nuestros deseos pueden ayudar a los demás” - contestó Sofía.
Antes de regresar al pueblo, prometieron cuidar el lago y sus deseos, y ayudar en todo lo que pudieran a quienes los rodeaban.
Desde aquel día, A cada niño y niña del pueblo se les recuerdó que sus sueños y deseos podían ser potentes si se centraban en ayudar a los demás, y que la verdadera magia está en la generosidad y el amor.
Y así, Sofía, Lucas, Camila y Martín se convirtieron en los guardianes del Lago Espejo, siempre recordando que los sueños compartidos son los más poderosos de todos.
FIN.