El misterio del lobo de la noche

Había una vez en un bosque encantado, una niña de 12 años llamada Sofía. Vivía en un pequeño pueblo mágico rodeado de árboles altos y misteriosos. Cada noche, cuando la luna llena iluminaba el cielo, un lobo blanco y brillante recorría el bosque emitiendo una luz mágica. Los habitantes del pueblo lo llamaban el 'lobo de la noche'. Sofía era una niña curiosa y valiente, así que un día decidió descubrir el misterio detrás del lobo de la noche.

--¡Mamá, voy a investigar el misterio del lobo de la noche! –exclamó Sofía emocionada.

--Ten cuidado, Sofi. El bosque puede ser peligroso de noche –respondió su mamá preocupada.

--No te preocupes, mamá. Estaré bien –aseguró Sofía, decidida a encontrar la verdad.

Armada con una linterna y un diario para tomar notas, Sofía emprendió su aventura. Mientras caminaba por el bosque, la luz del lobo de la noche apareció a lo lejos. Sofía siguió la luz, pero de repente escuchó un sonido extraño. Era un aullido suave, como si alguien necesitara ayuda.

--¿Hola? ¿Hay alguien ahí? –llamó Sofía con valentía.

De repente, entre los árboles, apareció un cachorro de lobo con pelaje plateado y ojos brillantes.

--¡Oh, hola! ¿Estás perdido? –preguntó Sofía con ternura.

El cachorro movió la cola y emitió un suave aullido, como si estuviera pidiendo ayuda.

Sofía entendió que el lobo de la noche no era un ser mágico, sino un lobo común y corriente con un pelaje especial que reflejaba la luz de la luna. Decidió ayudarlo a encontrar su camino de regreso a casa.

--Vamos, te llevaré de vuelta al bosque –dijo Sofía, guiando al cachorro.

El lobo de la noche los siguió, y cuando llegaron al borde del bosque, apareció una manada de lobos plateados, entre ellos la madre del cachorro.

--¡Nuestro querido hijo está de vuelta! ¡Gracias, niña, por ayudarnos! –dijo la madre lobo con gratitud.

Sofía regresó a casa con una gran sonrisa en el rostro. Había descubierto el misterio del lobo de la noche y ganado nuevos amigos en el bosque.

Desde ese día, Sofía visitaba ocasionalmente el bosque para jugar con la manada de lobos plateados. Aprendió que, a veces, las cosas que parecen mágicas en realidad tienen una explicación sencilla, y que la verdadera magia reside en la amistad y la ayuda mutua.