El Misterio del Números Brillantes
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Númerolandia, donde todos los números vivían en armonía. Cada número tenía su propio carácter: el 1 era solitario, el 2 siempre estaba en pareja, el 3 era curioso y el 4 era muy cuadrado. Pero había un número que brillaba más que los demás: era el 555.
Un día, el 555 decidió organizar una gran fiesta para todos los números de Númerolandia. "¡Voy a invitar a todos los números!"-, dijo el 555 emocionado, "Quiero que todos se diviertan y se conozcan más allá de sus características individuales!"-.
Cuando llegó la noche de la fiesta, el 555 adornó su casa con luces brillantes y proporcionó un montón de estrellas de colores. Los números comenzaron a llegar, pero se notaba que había un ambiente un poco tenso.
El 1, al ser tan solitario, tenía miedo de acercarse a los otros números. "No sé si encajo aquí..."-, murmuró.
El 2, que siempre estaba con su pareja, se sintió un poco extraño ya que ahora había tantos números juntos. "Quizás deberíamos irnos..."-, le dijo al 2.
El 3, siempre curioso, estaba tratando de saber si era verdad que el 5 era un número especial. "¡Hola, 555!"-, saludó. "¿Por qué brillas tanto?"-
El 555 sonrió y dijo: "Porque todos los números son especiales a su manera. ¡Lo importante aquí es disfrutar y aprender unos de otros!"-
Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, un nuevo problema apareció. De repente, un viento fuerte sopló y se llevaron muchas decoraciones. "¡Oh no!"-, gritó el 555. "¿Qué vamos a hacer?"-
Los números comenzaron a entrar en pánico. "No podemos quedarnos aquí sin luces!"- dijo el 4, que estaba muy preocupado. Pero entonces, el 5 tuvo una idea brillante. "¡Esperen! Si trabajamos juntos, quizás podamos hacer algo especial con lo que tenemos!"-
Los números al principio dudaron, pero al ver la determinación del 5, comenzaron a ayudar. El 1 encontró un montón de hojas y propuso hacer decoraciones con ellas. "¡Yo puedo hacer estrellas!"-
El 2, junto con su pareja, decidió formar un grupo y usar su estructura para crear un arco con las hojas.
El 3, que seguía siendo curioso, fue el último en unirse. Se ayudó de los otros números para crear una cadena de estrellas y luces con lo que encontraron. Cuando todo estuvo terminado, Númerolandia se iluminó de nuevo con una belleza deslumbrante.
Todos se quedaron boquiabiertos al ver el trabajo en equipo que habían logrado. "¡Esto es increíble!"-, exclamó el 1. "Nunca pensé que podríamos hacerlo juntos!"-
El 4 se sintió más cuadrado que nunca, pero entendió que cada uno tenía un lugar en esta fiesta, "Me alegra que estemos todos aquí, y debemos celebrar nuestras diferencias!"-
La fiesta se caldeó y todos comenzaron a bailar juntos. "¿Ves?"-, le dijo el 555 al 1. "No necesitamos ser iguales para ser amigos. Cada uno brilla a su manera. Lo más importante es conocernos y ayudarnos entre sí."-
El 1 sonrió y se unió al baile. La noche terminó con un gran espectáculo de luces. Númerolandia nunca había sido tan hermosa.
Desde ese día, los números aprendieron que trabajar juntos y celebrar sus diferencias era lo que los hacía verdaderamente brillar. Así, el 555, el número que comenzó la fiesta, nunca dejó de organizar reuniones donde los números compartían sus historias y habilidades, y Númerolandia floreció como nunca antes.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.