El misterio del parque encantado



Había una vez una niña llamada Clara, a quien le encantaba visitar el parque cerca de su casa. Un día soleado, Clara decidió ir al parque con su osito de peluche, Pelusín. Mientras jugaba, se distrajo persiguiendo mariposas y pronto se dio cuenta de que se había alejado mucho de su mamá y había terminado completamente perdida. Asustada, comenzó a llorar y buscó desesperadamente a su mamá, pero todo lo que veía a su alrededor eran árboles y caminos desconocidos.

Clara recordó las enseñanzas de su mamá sobre qué hacer si alguna vez se perdía. Se sentó en un banco, inhaló profundamente y pensó con calma. Decidió que debía buscar a alguien de confianza, así que se puso de pie y, con Pelusín en brazos, se encaminó a buscar ayuda. En su camino, se encontró con un simpático pajarito que cantaba alegremente en una rama. -¡Hola, pajarito! ¿Puedes ayudarme a encontrar a mi mamá? -le preguntó Clara con dulzura.

El pajarito, llamado Copito, conocía muy bien el parque y decidió ser el guía de Clara. Juntos, recorrieron el parque, hablando con distintos animales que les dieron pistas sobre el camino a seguir. Encontraron a Simón, un sabio conejo que les contó sobre un misterioso atajo que los llevaría directamente a la fuente donde Clara podría reencontrarse con su mamá. Siguiendo el consejo de Simón, Clara y Copito tomaron el atajo y llegaron a la fuente. Allí, Clara vio a lo lejos a su mamá, quien la abrazó con gran alivio y alegría.

Clara aprendió una gran lección: la importancia de mantener la calma y buscar ayuda cuando tenemos un problema. También descubrió que, con valentía y la ayuda de amigos inesperados, podemos superar cualquier desafío. Ahora, cada vez que Clara y su mamá visitan el parque, Clara lleva a Copito consigo, recordando la maravillosa aventura que vivieron juntos. Y así, Clara aprendió que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz de esperanza que nos guía hacia el camino correcto.

FIN.

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