El Misterio del Pasado



Era una tarde soleada en el barrio de Villa Alegre, donde vivían tres amigas inseparables: Ana, Carla y Sofía. Les encantaba explorar y vivir aventuras. Un día, mientras jugaban en el parque, se fijaron en una vieja cabaña abandonada al borde del bosque.

- ¡Miren esa cabaña, está re antigua! - dijo Ana, con los ojos llenos de curiosidad.

- No sé, chicas. Da un poco de miedo - contestó Carla, cruzándose de brazos.

- ¡Vamos! No hay nada de qué tener miedo. Podemos investigar y descubrir de qué se trata - animó Sofía.

A pesar de las dudas de Carla, las tres amigas decidieron acercarse a la cabaña. Cuando llegaron a la puerta, se dieron cuenta de que estaba entreabierta. El viento susurraba misterios entre los árboles, y una sensación de emoción y un poco de temor las invadió.

- ¿Y si hay fantasmas? - preguntó Carla en voz baja.

- No seas exagerada, seguro no hay nada - respondió Ana, empujando la puerta.

La puerta chirrió al abrirse, revelando un interior polvoriento lleno de telarañas y objetos viejos.

- ¡Guau, miren todo esto! - exclamó Sofía, acercándose a un viejo baúl.

Las amigas comenzaron a examinar el lugar, encontrando objetos extraños: fotos antiguas, un espejo polvoriento y muchos recuerdos de otra época. Sin embargo, cuando Sofía abrió el baúl, encontró un diario con un candado.

- ¡Qué raro! ¿Tendremos que abrirlo? - preguntó.

- Tal vez tengamos que encontrar la llave - respondió Carla.

Las amigas decidieron buscar, aunque ellas sabían que tenían que irse antes de que anocheciera. Mientras revisaban un viejo armario, Carla encontró una llave oxidada en un rincón.

- ¡Miren esto! - grito, mostrando la llave que encontró.

- ¡Probémosla! - dijo Ana, ansiosa por descubrir qué había en el diario.

Sofía acercó el candado y, para su sorpresa, ¡la llave encajó perfectamente! Con un clic, el candado se abrió y el diario reveló secretos de un pasado olvidado.

- Escribía de una niña que vivía aquí, ¿qué habrá pasado con ella? - dijo Sofía intrigada.

- Dice que le tenía miedo a la oscuridad y se refugió en su imaginación - comentó Ana, leyendo en voz alta.

Page tras page, contaba historias sobre criaturas fantásticas y aventuras en un mundo donde los miedos eran vencidos por la amistad y el amor. Las tres chicas miraron una a la otra, comprendiendo que el miedo podía transformarse en algo hermoso con la ayuda de los demás.

- ¡Eso es! Debemos aprender a enfrentar lo que nos asusta y no dejar que nos detenga - dijo Carla, cayendo en cuenta de que todo lo que le había dado miedo no era real.

- Sí, como cuando enfrentamos nuestras pesadillas - agregó Sofía, sintiéndose valiente.

Decidieron rendir homenaje a la niña de la historia y enviarle un mensaje con un dibujo de todas ellas, prometiendo que jamás dejarían que el miedo se interpusiera en sus sueños.

- ¿Y si la cabaña es un lugar donde todos nuestros miedos pueden transformarse? - planteó Ana, sonriendo.

- ¡Sí! Es como un puente entre nuestro pasado y el presente - dijo Carla, feliz por haber osado explorar lo desconocido.

Las amigas se marcharon, prometiendo volver pronto, pero esta vez para jugar en un lugar lleno de magia y valentía. Finalmente, entendieron que la clave para enfrentar sus miedos está en la unidad y la imaginación.

Desde ese día, cada vez que se enfrentaban a algo que les asustaba, se recordaban a sí mismas que, juntas, siempre podrían superar cualquier temor.

Y colorín colorado, este cuento ya ha terminado. Pero la valentía de Ana, Carla y Sofía perdura en todos los corazones que alguna vez temieron el desconocido.

FIN.

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