El misterio del pasillo encantado
Había una vez en el Colegio Greenwood, un grupo de amigos muy curiosos: Sofía, Martín y Lucas. Ellos siempre estaban buscando aventuras y misterios para resolver.
Un día, mientras merendaban en el patio, escucharon a unos compañeros hablar sobre el pasillo encantado del colegio. - ¿Escucharon eso? ¡El pasillo encantado! -exclamó Sofía emocionada. - Sí, dicen que hay sombras extrañas que aparecen por las noches -agregó Martín con intriga.
- ¡Debemos investigar esto! Será nuestra mejor aventura -dijo Lucas decidido. Esa misma tarde, los tres amigos se reunieron frente al pasillo encantado. Estaba oscuro y silencioso. Con valentía, comenzaron a caminar lentamente por él.
De repente, escucharon un ruido detrás de ellos y vieron una sombra moverse rápidamente. - ¡¿Qué fue eso? ! -preguntó Sofía asustada. - No lo sé, pero vamos a descubrirlo -respondió Martín con determinación. Continuaron avanzando por el pasillo hasta llegar a una puerta antigua que crujía al abrirse.
Detrás de ella encontraron un viejo salón lleno de polvo y libros antiguos. En una esquina, vieron una figura borrosa que parecía susurrar algo incomprensible. - ¿Quién eres? -preguntó Lucas temblando un poco.
La figura se acercó lentamente y reveló ser el espíritu de un antiguo maestro del colegio. Les contó que estaba atrapado entre mundos por una antigua maldición y necesitaba la ayuda de los niños para romper el hechizo. Los tres amigos aceptaron ayudarlo sin dudarlo.
El espíritu les dio pistas sobre cómo deshacer la maldición y recuperar su libertad.
Tenían que encontrar tres objetos especiales escondidos en lugares emblemáticos del colegio: la campana perdida en la torre del reloj, el libro sagrado en la biblioteca abandonada y la pluma dorada en el patio central bajo la luz de la luna llena. Con determinación, Sofía, Martín y Lucas emprendieron su búsqueda por todo el colegio Greenwood.
Superaron obstáculos y resolvieron acertijos para encontrar cada objeto especial. Finalmente, regresaron al salón donde se encontraba el espíritu con los objetos en mano. Al colocar los objetos juntos frente al espíritu, una luz brillante llenó la habitación y una energía cálida envolvió a todos.
La maldición se rompió finalmente gracias al valor y nobleza de los tres amigos. El maestro fantasma les sonrió agradecido antes de desvanecerse lentamente hacia la luz etérea.
Desde ese día en adelante, el pasillo encantado dejó de ser temido por todos en el Colegio Greenwood. Los estudiantes contaban orgullosos cómo Sofía, Martín y Lucas habían liberado al viejo maestro del hechizo que lo atormentaba desde hacía tanto tiempo.
Los tres amigos aprendieron que con valentía e trabajo en equipo pueden superar cualquier desafío; incluso aquellos rodeados de misterios sobrenaturales.
FIN.