El Misterio del Payaso Alfa



Era un día normal en la ciudad de Villa Amistad, donde cuatro amigos inseparables, Felipe, Juan Cruz, Thiago y Bautista, se reunieron en la casa de Felipe después de la escuela. Todos estaban emocionados, ya que habían escuchado rumores de un payaso de la Deep web llamado Alfa que, supuestamente, estaba causando revuelo entre los chicos del barrio. Nadie sabía si era solo un mito o si realmente existía, pero la curiosidad les quemaba por dentro.

"¡Chicos! ¿Han escuchado sobre el payaso Alfa?" - preguntó Bautista con voz intrigante.

"Sí, dicen que aparece en las noches cuando menos lo esperas" - respondió Thiago, con los ojos bien abiertos.

"¿Y si hacemos algo? Podríamos jugar a la ouija y preguntarle al espíritu de Alfa quién es realmente" - sugirió Juan Cruz, quien siempre estaba buscando aventuras.

Felipe, algo dudoso, asintió y les propuso que se reunieran esa misma noche. Así que, después de cenar y asegurarse de que sus padres no sospecharan nada, se encontraron en el jardín de Felipe con la planchette y un tablero de ouija que habían encontrado en el desván.

Cuando se sentaron en círculo, la tensión era palpable. La luna brillaba en el cielo, iluminando sus rostros llenos de emoción y un poco de miedo.

"Recuerden, si algo raro pasa, no se asusten. Solo estamos haciendo preguntas" - dijo Felipe, intentando sonar valiente.

Empezaron a tocar la planchette juntos.

"¿Hay alguien aquí con nosotros?" - preguntó Bautista, aunque temblaba un poco.

La planchette comenzó a moverse lentamente, y los chicos se quedaron en silencio mientras la ventana al misterio se abría ante ellos.

"¡Miren! Va hacia la letra 'A'!" - exclamó Juan Cruz.

"¿Alfa?" - murmuró Thiago, con la voz entrecortada.

De repente, la planchette se movió rápidamente y fue hacia 'SÍ'. Los chicos no podían creerlo, estaban hablando con el payaso Alfa.

"¿Quién sos, Alfa?" - preguntó Felipe, tratando de no dejar que su voz demostrara el miedo que sentía.

"Soy el guardián de la risa y el miedo", dijo la ouija después de un breve momento de silencio.

Los chicos miraron unos a otros, confundidos. No esperaban esa respuesta.

"Pero, ¿por qué causás miedo?" - preguntó Bautista con curiosidad.

"El miedo es una emoción que a veces nos enseña lecciones. Pero no soy un payaso malo..." - contestó la planchette, moviéndose hacia la letra 'E'.

A medida que seguían preguntando, Alfa les explicó que estaba en la Deep web porque quería ayudar a los niños a superar el miedo que llevaban dentro. A veces, el miedo era solo una ilusión creada por la imaginación.

"Entonces, ¿estás aquí para ayudarnos?" - preguntó Juan Cruz, cada vez más interesado.

"Sí, pero no deben tenerme miedo. Siéntanse libres de crear su propia historia y descubrir sus miedos" - dijo Alpha antes de que la planchette terminara en 'ADIOS'.

Los chicos miraron boquiabiertos, el misterio del payaso Alfa no era lo que pensaban. En realidad, tenían miedo de algo que podía ser superado con un poco de imaginación y amistad.

"¡Chicos! Esto fue increíble. No era un payaso terrorífico, ¡era un amigo!" - exclamó Thiago.

Fue así como decidieron crear un juego donde pudieran enfrentar sus miedos a través de historias y risas, y al final, se convirtieron en los guardianes de la alegría en su vecino. Juntos aprendieron que el miedo no siempre es algo malo, y que con valentía y unidad, se puede superar cualquier reto.

Desde entonces, cuando alguien hablaba de Alfa, los chicos sonreían y respondían: "Alfa es nuestro amigo, el guardián de los miedos que se convierten en risas".

FIN.

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