El misterio del perrito perdido



Había una vez una pequeña niña llamada Sofía, que vivía en una casa cerca de un hermoso bosque. Ella tenía un perrito llamado Max, quien era su fiel compañero de juegos.

Un día, mientras jugaban en el bosque, Max corrió tras una mariposa y desapareció. Sofía lo buscó por todas partes, pero no podía encontrarlo. Decidió adentrarse en el bosque para seguir la pista de su querido amigo.

Sin embargo, para llegar a donde estaba Max, ella debía superar varios obstáculos. El primero fue un río con aguas turbulentas. Sofía se detuvo y pensó en cómo cruzarlo. Decidió usar su ingenio y construyó un puente con algunas ramas que encontró cerca. Con mucho cuidado, logró superar el río.

Luego, se encontró con un camino lleno de espinas y zarzas. Sin embargo, recordando lo valiente que era su perrito, Sofía decidió avanzar con determinación, sorteando las espinas con cuidado. Después, se topó con un laberinto de árboles.

En ese momento, recordó que su abuelo le había enseñado a marcar su camino con pequeñas señales. Siguiendo ese sabio consejo, logró atravesar el laberinto y finalmente, llegó a una cueva oscura. Sofía recordó que Max solía esconderse en lugares oscuros cuando jugaban.

Así que, armándose de valor, entró a la cueva. Al final del pasaje, vio a Max temblando de miedo. Ella lo abrazó con amor y juntos salieron de la cueva.

A partir de ese día, Sofía y Max se convirtieron en los mejores exploradores del bosque, recordando que con valentía, ingenio y determinación, siempre se puede superar cualquier obstáculo.

FIN.

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