El misterio del piso universitario


En la Universidad Argentina de la Empresa, Valentina, Guadalupe, Abril, Victoria y Valentina eran inseparables. Desde que se conocieron al inicio de la carrera de Comercialización, se convirtieron en un equipo imparable.

Siempre estaban juntas en clase, compartían apuntes y proyectos, y disfrutaban explorando cada rincón de la universidad. Un día soleado, las cinco amigas decidieron aventurarse a un piso nuevo que habían descubierto.

Era un lugar poco frecuentado por los estudiantes y parecía tener una energía misteriosa que las intrigaba. Sin pensarlo dos veces, subieron las escaleras hacia lo desconocido. Al llegar al nuevo piso, quedaron maravilladas por la arquitectura antigua y los murales coloridos que decoraban las paredes.

Se adentraron en pasillos estrechos y puertas antiguas, fascinadas por cada detalle que descubrían. Pero mientras exploraban emocionadas, sin darse cuenta comenzaron a perderse entre los laberínticos pasillos del nuevo piso.

La risa inicial fue reemplazada por una sensación de preocupación al no reconocer el camino de regreso. "Chicas, ¿estamos perdidas?", preguntó Valentina con voz temblorosa. "Tranquila Valen, seguro podemos encontrar la salida juntas", dijo Guadalupe tratando de mantener la calma.

Sin embargo, cuanto más caminaban en busca de una salida familiar, más se adentraban en lo desconocido. El tiempo pasaba y las chicas empezaban a sentirse desorientadas y cansadas. Fue entonces cuando Abril recordó algo importante: "¡Chicas! En situaciones como esta es crucial mantenernos unidas y pensar con claridad.

Debemos buscar pistas para orientarnos". Siguiendo el consejo de Abril, empezaron a prestar atención a los detalles del lugar: marcas en las paredes, colores distintivos en ciertas puertas e incluso sonidos lejanos que podían guiarlas.

Trabajando en equipo y comunicándose constantemente lograron trazar un plan para encontrar el camino de regreso. Después de lo que les pareció una eternidad buscando salidas sin éxito aparente finalmente llegaron a una puerta grande adornada con símbolos familiares.

Con esperanza abrieron la puerta y se encontraron frente al hall principal de la universidad. Las cinco amigas celebraron su hazaña con alegría y alivio.

Aprendieron que trabajar juntas como equipo era fundamental para superar cualquier desafío; que mantener la calma aún en situaciones difíciles era clave; y sobre todo valorar el poder de la amistad verdadera ante cualquier adversidad. Desde ese día prometieron seguir explorando juntas pero ahora con mayor precaución; sabiendo que cualquier obstáculo podían superarlo si permanecían unidas como verdaderas amigas.

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