El Misterio del Profesor Galáctico


Dorian era un niño curioso y creativo que asistía al CEIP Europa Néstor Álamo. Le encantaba dibujar en las clases de Artística y correr en Educación Física, pero no le gustaban mucho las Matemáticas.

Siempre había escuchado historias sobre alienígenas en la televisión y, un día, empezó a sospechar que su profesor de matemáticas podría ser uno. Un viernes por la tarde, Dorian decidió ir al parque a jugar con sus amigos.

Mientras estaba jugando al fútbol, vio a lo lejos a su profesor de matemáticas sentado en un banco. Se acercó lentamente, con el corazón latiéndole rápido por la emoción y el miedo. "¡Hola, profesor! ¿Qué hace aquí?", preguntó Dorian tímidamente.

El profesor sonrió y respondió: "Hola, Dorian. Solo estoy disfrutando del aire fresco del parque después de un largo día de trabajo". Dorian miraba atentamente a su profesor buscando algún indicio de que fuera un alienígena.

Notó que tenía una forma extraña de mover los dedos cuando hablaba y unos ojos muy brillantes. "Profesor... ¿usted es un alienígena?", preguntó Dorian directamente. El profesor se rió con ganas y luego explicó: "¡Oh, no Dorian! No soy un alienígena.

Soy como tú, simplemente alguien que disfruta enseñar matemáticas a niños curiosos como tú". Dorian se sintió aliviado al escuchar eso. Había juzgado erróneamente a su profesor solo por ser diferente o tener algunos gestos peculiares.

"Lo siento mucho por pensar eso, profe. Gracias por enseñarme matemáticas aunque no sean mi asignatura favorita", dijo Dorian avergonzado. El profesor puso una mano en el hombro de Dorian y dijo: "No te preocupes, todos cometemos errores.

Lo importante es ser amable y respetuoso con los demás, sin importar cómo sean". Desde ese día, Dorian aprendió una valiosa lección: nunca juzgar a alguien por su apariencia o comportamiento sin conocerlo realmente.

Descubrió que todos somos diferentes pero igualmente especiales y merecemos respeto. A partir de entonces, Dorian comenzó a prestar más atención en clase de matemáticas e incluso llegó a disfrutarlas gracias al apoyo y dedicación de su querido profesor "no alienígena".

Juntos compartieron risas, aprendizaje y muchos momentos felices en el CEIP Europa Néstor Álamo.

Dirección del Cuentito copiada!