El misterio del puma hambriento
El gran león Simón, rey de la selva, decidió convocar a una reunión urgente con todos los animales para resolver el enigma. Todos estaban preocupados por las desapariciones y querían encontrar una solución rápidamente.
"¡Amigos! Tenemos un problema grave en nuestra selva. Las ovejas del rebaño siguen desapareciendo sin dejar rastro", anunció el león Simón con voz firme. Los animales murmuraban entre ellos, intentando entender lo que sucedía.
La jirafa Josefina levantó su largo cuello y sugirió: "Quizás deberíamos formar un equipo de investigación para descubrir qué está pasando". "¡Buena idea, Josefina! ¿Quiénes se ofrecen como voluntarios para esta misión?", preguntó Simón mirando a todos los presentes.
La valiente zorra Lola, el astuto mono Juanito y la sabia tortuga Marta se ofrecieron de inmediato. Juntos, formaron un equipo diverso pero lleno de determinación para resolver el misterio de las ovejas desaparecidas.
Comenzaron investigando el último lugar donde se vio a una oveja antes de su desaparición. Encontraron huellas extrañas que los llevaron hasta la cueva del temido lobo feroz. "¿Creen que el lobo es responsable de las desapariciones?", preguntó Marta con voz tranquila pero firme.
Juanito, trepando ágilmente por un árbol cercano, observó desde arriba y dijo: "No veo ninguna oveja dentro de la cueva del lobo. Deberíamos investigar más a fondo".
Decidieron esperar en silencio hasta la noche para ver si alguna oveja entraba o salía de la cueva del lobo. Fue entonces cuando vieron algo inesperado: ¡una sombra furtiva merodeaba cerca del rebaño! Lola sigilosamente se acercó y descubrió que era un puma hambriento que había estado acechando a las ovejas durante días sin ser visto.
El puma confesó haber sido expulsado de su territorio por otros animales más grandes y fuertes, dejándolo sin comida ni refugio. Conmovidos por la historia del puma, los animales decidieron ayudarlo en lugar de castigarlo.
Le ofrecieron compartir parte de su comida y buscar juntos una solución pacífica para todos. Desde ese día, el puma se convirtió en parte de la comunidad animal y prometió proteger al rebaño de cualquier peligro que pudiera acecharlo.
Las desapariciones cesaron, y la paz volvió a reinar en la selva gracias a la solidaridad y comprensión entre todos sus habitantes.
FIN.