El Misterio del Río Apanchac



Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, fluía el hermoso río Apanchac. Sus aguas eran cristalinas, y sus orillas estaban adornadas con flores de todos los colores.

Los animales acudían a beber de sus aguas frescas, y los niños jugaban felices en sus orillas. Sin embargo, un día, todo cambió. La gente comenzó a arrojar basura y productos químicos al río, sin preocuparse por las consecuencias.

El agua se volvió sucia y maloliente, los peces desaparecieron, y las flores marchitaron. El río Apanchac estaba enfermo. En el pueblo, un niño llamado Mateo solía escuchar a su abuela contar historias sobre la magia del río Apanchac. Una noche, mientras dormía, el río se le apareció en sueños.

Era un ser de luz con ojos brillantes. - Mateo, escúchame - dijo el río con voz suave pero poderosa. - Soy el río Apanchac, y necesito tu ayuda. El pueblo me ha olvidado, y mi salud está en peligro.

Necesito que me ayudes a volver a ser limpio y puro. Mateo, asombrado, comprendió que el río estaba pidiendo su ayuda. A partir de ese momento, se comprometió a buscar la forma de salvar al río.

Con el apoyo de sus amigos, Mateo organizó una gran limpieza de las orillas del río. Juntos, recolectaron la basura y la llevaron lejos, donde no pudiera dañar al río. Además, investigaron sobre cómo evitar que los productos químicos contaminaran el agua.

Construyeron filtros para purificarla y colocaron carteles para concientizar a la gente. Poco a poco, el río comenzó a recuperarse. Las aguas volvieron a ser cristalinas, y los peces regresaron.

Las flores volvieron a crecer en sus orillas, y los animales volvieron a beber de sus aguas. El río Apanchac había recuperado su esplendor. Desde entonces, el río Apanchac se convirtió en un símbolo de la importancia de cuidar la naturaleza.

Mateo y sus amigos se aseguraron de que nunca más el río fuera olvidado. Y cada vez que alguien intentaba contaminarlo, una dulce voz se escuchaba: 'Recuerda el misterio del río Apanchac y cuida de mí, para que siempre podamos vivir en armonía'.

FIN.

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