El misterio del robo en la casa de la bruja
En un pequeño pueblo, vivían tres hermanas: Lucía, la mayor y muy valiente, Sofía, la mediana y siempre curiosa, y Martina, la más pequeña y soñadora. Ellas vivían con su mamá en una bonita casita al borde del bosque.
Un día, la mamá de las niñas estaba muy asustada, ya que había descubierto que alguien había robado una de las pociones mágicas de la bruja del bosque, y temía que alguien estuviera en peligro.
La mamá le pidió a sus hijas que resolvieran el misterio. -¿Quién habrá robado la poción de la bruja? -preguntó Sofía con curiosidad. Las tres hermanas decidieron visitar a la bruja y ofrecerle su ayuda.
La bruja, al principio, desconfiaba de ellas, pero luego les concedió una oportunidad. Les contó que la poción robada era muy peligrosa y que si caía en manos equivocadas, podía causar mucho daño. Las hermanas prometieron encontrarla.
Lucía propuso investigar en el pueblo, Sofía quería buscar pistas en el bosque, y Martina sugirió preguntarle a los animales del lugar. Decidieron dividirse y trabajar en equipo.
Pronto, Sofía encontró unas huellas extrañas en el bosque, mientras Lucía descubrió que el dueño de la tienda del pueblo tenía polvo de hadas en sus zapatos. Las chicas estaban convencidas de que él había robado la poción. Pero Martina, con su intuición, les pidió esperar un poco más y volver a preguntar a los animales.
Fue así como, con la ayuda de una lechuza, descubrieron que en realidad había sido un duende travieso el que había provocado el robo. El duende quería usar la poción para hacer travesuras en el pueblo. Las hermanas decidieron actuar rápido.
Con ayuda de la bruja, prepararon un hechizo para atraer al duende y recuperar la poción. Finalmente, lograron atraparlo y devolver la poción a la bruja. La mamá de las niñas las felicitó por su valentía y astucia, y la bruja les agradeció por su ayuda.
Desde entonces, las hermanas se ganaron el respeto de todo el pueblo, y la bruja les enseñó algunos trucos de magia como recompensa.
Las hermanas aprendieron que trabajando en equipo, escuchando a los demás y confiando en su intuición, podían resolver cualquier misterio, ¡incluso los más mágicos!
FIN.