El misterio del sombrero desaparecido



Era una tarde soleada en la plaza del barrio, donde todos los chicos jugaban y reían. Sin embargo, en el café de Doña Rosa, algo extraño estaba sucediendo. Don Felipe, el anciano y querido dueño del lugar, estaba muy preocupado porque su sombrero favorito había desaparecido.

"- Este sombrero es muy especial para mí, lo usé en mi boda hace más de cincuenta años - decía Don Felipe con un hilo de voz. - No puedo imaginar que haya desaparecido así, sin más."

Los niños, curiosos e intrépidos, decidieron ayudar a Don Felipe a encontrarlo. Entre ellos estaban Sofía, una niña muy observadora; Julián, un experto en resolver rompecabezas; y Ramiro, que siempre tenía un plan.

"- No se preocupen, Don Felipe, vamos a encontrar su sombrero - prometió Sofía, ajustándose sus gafas. - Necesitamos un plan. ¿Dónde lo vio por última vez?"

"- Estaba en la mesa de la terraza - respondió Don Felipe - mientras charlaba con mis amigos. Pero cuando fui a buscarlo, ya no estaba."

"- Está claro que ha sido un robo - sugirió Julián, tocándose la barbilla como si fuera un detective. - Debemos interrogar a los testigos."

Así, los niños comenzaron a indagar. La primera en ser interrogada fue Lucía, una amiga de Don Felipe que había estado en la mesa.

"- Yo vi a un chico con una camiseta naranja cerca de la mesa cuando me fui a comprar un café - dijo Lucía con sinceridad. - Pero no presté atención."

"- ¿Y cómo era el chico? - preguntó Ramiro. - ¿Lo conocés?"

"- No, nunca lo había visto antes - respondió Lucía. - Pero es el único que estaba cerca."

Con esa pista, los niños decidieron buscar al chico de la camiseta naranja. Caminando por el parque, lo encontraron jugando al fútbol con otros niños.

"- ¡Hola! - dijo Julián. - ¿Sos vos el que estaba en la plaza cerca de la mesa de Don Felipe?"

"- Sí, yo estaba ahí - confirmó el chico, que se llamaba Nico. - Pero no sé nada de un sombrero. Solo vine a jugar."

"- ¿Te gustaría ayudarnos a buscarlo? - le preguntó Sofía, tratando de ser amable. - Si no lo has robado, sería genial contar con tu ayuda."

"- Por supuesto - aceptó Nico. - Pero les juro que no sé nada."

Los cuatro comenzaron a investigar juntos, buscando por todo el parque. De repente, Julián notó algo sospechoso detrás de un arbusto.

"- ¡Miren! - gritó Julián. - Hay algo ahí. Vamos a ver."

Al acercarse, encontraron una bolsa de tela. La abrieron y, para su sorpresa, ¡ahí estaba! El sombrero de Don Felipe.

"- ¡Esto es increíble! - exclamó Sofía. - ¿Pero cómo llegó hasta aquí?"

Juntos, trataron de investigar quién pudo haber puesto el sombrero en la bolsa.

"- Esperen - dijo Ramiro, recordando a los otros chicos que habían estado en el parque. - ¿Y si fue uno de ellos?"

Decidieron hablar con los demás niños que jugaban. Tras una buena charla, descubrieron que uno de los chicos, Lucas, había estado aquí y que en su casa había una fiesta temática de sombreros.

"- Debemos ir a su casa - sugirió Julián. - Tal vez se lo quiso llevar para la fiesta."

Los cuatro se dirigieron a la casa de Lucas. Al tocar la puerta, la madre de Lucas sonrió y les dijo que él estaba en el jardín con amigos.

"- ¡Lucas! - llamaron todos a la vez. - ¡¿Te llevaste el sombrero de Don Felipe? !"

"- ¡¿De qué sombrero están hablando? ! - preguntó Lucas sorprendido. - No me enteré de nada. Pero ahora que lo mencionan, lo vi en la bolsa esa que había dejado mi hermana. No sabía que era de Don Felipe."

Los chicos intercambiaron miradas. Podían ver que no era culpa de Lucas.

"- Entonces, debemos hablar con tu hermana - dijo Sofía. - Quizás ella puede explicarlo."

Lucas los condujo hasta su casa, donde encontraron a su hermana jugando con unos amigos.

"- A ver, contame. ¿Qué pasó con el sombrero? - instó Ramiro.

"- No sé, lo vi en casa de Don Felipe, y lo guardé como parte de un juego - respondió la niña, mirando a sus amigos. - Pero no era un robo, era un juego de disfraces."

FIN.

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