El Misterio del Tesoro Perdido
En la escuela primaria Esc Lourdes, el ambiente siempre estaba lleno de risas y juegos. Pero un día, algo extraño ocurrió. Durante el recreo, los alumnos se dieron cuenta de que el tesoro del aula de música había desaparecido. Era un viejo baúl lleno de instrumentos antiguos que la profesora Laura siempre mostraba con orgullo. La noticia se esparció rápidamente, y la preocupación se dibujó en los rostros de todos.
"¿Cómo es posible que alguien se lleve el tesoro?" - preguntó Lucas, un chico de anteojos que siempre estaba con su guitarra en la mano.
"Esto parece un misterio, ¿no? Yo creo que necesitamos a un detective" - añadió Sofía, la más aventurera del grupo.
Así fue como nació la idea de formar un equipo de detectives: "Los Investigadores de Esc Lourdes". Se juntaron tres amigos: Sofía, Lucas y Mateo, un apasionado de los rompecabezas.
"¡Vamos a resolver este misterio!" - gritó Sofía, llena de entusiasmo.
Los tres detectives hicieron su primera parada en el aula de música, donde todo había comenzado. Lucas empezó a tocar una melodía melancólica en su guitarra, para ver si el sonido atraía al ladrón. Pero en vez de eso, hicieron algo inesperado: encontraron una pista. En el sofá de la sala, debajo de una almohada, había un trozo de papel arrugado con un mensaje.
"¡Miren!" - exclamó Mateo, mientras desdoblaba el papel.
El mensaje decía: "El tesoro está más cerca de lo que piensan, en el lugar donde se cuentan historias".
"¿Dónde se cuentan historias?" - preguntó Lucas pensando en alto.
Sofía iluminó su rostro y dijo: "¡La biblioteca!"
Corrieron hacia la biblioteca, llenos de emoción. Al entrar, empezaron a buscar en cada estante y detrás de los libros. De repente, Sofía gritó: "¡Encontré algo!"
En uno de los libros más polvorientos, había un viejo mapa.
"Parece que nos lleva a la plaza del colegio" - dijo Mateo, mirando atentamente el mapa.
Salieron disparados hacia la plaza, donde todo el mundo jugaba y reía. Al llegar, se dieron cuenta de que el mapa tenía una marca en el viejo árbol de la plaza.
"¡Ahí está!" - señaló Lucas, apuntando hacia el árbol.
Comenzaron a cavar bajo el árbol, y después de un rato, Mateo sintió algo duro con su pala.
"¡Es un cofre!" - gritó emocionado. Juntos, volvieron a excavar hasta sacar un pequeño cofre de madera.
"¡Lo encontramos!" - dijeron todos a la vez, mientras lo abrían.
Para su sorpresa, el cofre estaba lleno de instrumentos musicales, pero también había cartas de agradecimiento de alumnos que habían usado esos instrumentos en pasadas actividades escolares.
"Esto es más que un tesoro, ¡es nuestra historia!" - exclamó Sofía.
Decidieron que debían devolver el tesoro a la profesora Laura.
- “Este cofre representa nuestros recuerdos y la diversión que hemos tenido en las clases de música”, explicó Lucas mientras todos asentían.
Cuando volvieron a clase, todos los alumnos vitorearon al ver el cofre recuperado. La profesora Laura los abrazó y les dijo:
"Ustedes son verdaderos detectives. Gracias por cuidar nuestra historia. Ahora, ¿les gustaría tocar un par de canciones juntos para celebrar?"
Y así, con el tesoro a salvo y el espíritu de la música en el aire, Sofía, Lucas y Mateo se convirtieron en héroes de su escuela, enseñando a todos que lo importante no son los objetos materiales, sino los recuerdos que estos generan.
Desde entonces, la amistad y el trabajo en equipo brillaron más que nunca en la escuela Esc Lourdes, y los tres amigos continuaron viviendo aventuras misteriosas, llenas de risas y música.
FIN.