El misterio del tractor fantasma



Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Tierra Verde, donde los niños jugaban al aire libre y los adultos trabajaban en el campo. Allí vivía un tractor viejo y muy querido por todos, al que llamaban Tico. Tico había estado en la granja del señor Ramón durante muchos años, ayudando a sembrar y cosechar. Un día, mientras Tico descansaba al sol, escuchó un murmullo extraño:

"¡Ayúdame, por favor!" decía una voz suave.

Tico se asustó un poco y se preguntó de dónde venía el sonido. Justo entonces, desde detrás de un seto, apareció un fantasma. Era un fantasmín llamado Fabián, que llevaba un sombrero de paja y parecía un poco perdidito.

"¡Hola, Tico! Soy Fabián, el fantasma de esta granja. Me han atrapado aquí porque necesito encontrar mi taladro mágico para poder ayudar a los otros fantasmas a construir cosas. ¿Me ayudarías a buscarlo?"

Tico, aunque un poco temeroso, decidió ayudar a Fabián. Juntos comenzaron a recorrer la granja. Primero llegaron a la casita donde el señor Ramón guardaba sus herramientas. Allí, encontraron una exabadora.

"¿Has visto un taladro por aquí?" preguntó Tico a la exabadora.

"¡No, pero puedo ayudarte a buscar!" respondió ella, moviendo sus palas con entusiasmo.

Juntos comenzaron a formar un equipo. Después se unieron a ellos la mezcladora, que tenía el poder de hacer las cosas más simples.

"¡Yo puedo mezclar ideas para encontrar el taladro!" exclamó la mezcladora.

Mientras tanto, Fabián seguía guiando al grupo.

"Recuerden, amigos, que si trabajamos juntos, podemos lograr cualquier cosa."

El equipo decidió dividirse: Tico y la exabadora irían al granero, mientras que Fabián y la mezcladora explorarían el jardín.

En el granero, Tico dijo:

"Mira, exabadora, aquí hay tantas herramientas, pero no veo el taladro."

De repente, escucharon un ruido fuerte. ¡Era un pequeño gato que había tirado algunos bidones!"¡Ups!" dijo el gato, "perdón, no quería asustarlos. Se nota que están buscando algo. ¿Qué es?"

"Un taladro mágico, ¿lo has visto?" preguntó la exabadora.

"¡Sí! Lo vi en el cobertizo. Siguió a un grupo de pájaros que querían jugar con él."

"¡Vamos!" exclamó Tico, emocionado. Volvieron a unirse a Fabián y la mezcladora.

Cuando se encontraron, Fabián estaba pensando:

"No sé cómo llegaremos al cobertizo, está muy lejos."

"Podemos construir un camino con los materiales que tenemos aquí," sugirió la mezcladora.

Así que comenzaron a colaborar. La mezcladora empezó a mezclar paja, barro y algunas hojas😊. Mientras tanto, la exabadora cavó para hacer el contorno del camino, y Tico usó su fuerza para empujar las cosas hacia adelante.

Finalmente, lograron hacer un hermoso camino que los llevó hasta el cobertizo. Allí, entre algunas herramientas viejas, encontraron el taladro mágico.

"¡Oh, gracias, amigos!" gritó Fabián, lleno de alegría. "Ahora podremos ayudar a muchos otros fantasmas a construir lugares mágicos donde vivir."

"Pero hay algo más que podemos hacer," dijo Tico. "Con tu taladro y nuestras herramientas, vamos a construir un parque en el pueblo para que todos los niños jueguen."

"¡Genial!" exclamó Fabián. Así que comenzaron a trabajar juntos. Fabián usó el taladro mágico para preparar los cimientos, la exabadora ayudó a nivelar el terreno, la mezcladora hizo cemento, y Tico movía todo lo necesario.

Al poco tiempo, el parque fue una realidad. Era un lugar lleno de colores, columpios y toboganes. Todos en el pueblo estaban felices. Fabián se ganó la amistad de los niños y se convirtió en un guardián del parque.

"Siempre que trabajamos juntos, conseguimos cosas increíbles," dijo Tico, mirando a todos.

Y así, el tractor, el fantasma, la exabadora y la mezcladora aprendieron que la amistad y el trabajo en equipo pueden hacer realidad los más grandes sueños.

FIN.

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