El misterio del zapato perdido



En un pequeño pueblo de Argentina vivían cuatro amigos muy curiosos y divertidos: Arta, Natalia, Ari y Zapato. Sí, así era, Zapato era el nombre de uno de los amigos, un simpático zapato amarillo que tenía vida propia.

Un día, mientras paseaban por el bosque, descubrieron un misterioso camino que los llevó a una cueva oculta. Emocionados, decidieron explorarla. -¡Vamos a descubrir qué hay dentro! - exclamó Arta entusiasmada.

Al ingresar a la cueva, encontraron una habitación llena de tesoros y, en el centro, un enorme zapato de cristal brillante. -¡Guau, qué zapato más grande! - dijo Natalia asombrada. Sin embargo, al acercarse, vieron que faltaba un zapato. -¿Dónde está el otro zapato? - preguntó Ari preocupada.

Decidieron buscar por toda la cueva, pero no lo encontraron. Entonces, Zapato tuvo una idea brillante: recordó haber visto un zapato similar en la casa de la anciana del pueblo. -Creo que sé quién tiene el otro zapato, ¡vamos a averiguarlo! - dijo Zapato emocionado.

Decidieron ir a la casa de la anciana y, al llegar, le preguntaron si tenía el zapato perdido. La anciana, muy amable, les entregó el zapato y les contó que lo había encontrado hacía muchos años.

Agradecidos, volvieron a la cueva y colocaron el zapato en su lugar. De repente, la cueva se iluminó y una voz les habló: -Han demostrado ser valientes, amables y solidarios. Como recompensa, el zapato de cristal les concederá un deseo.-

Los amigos se miraron asombrados y, después de mucho pensar, decidieron pedir que la cueva se convirtiera en un lugar mágico y seguro para todos los niños del pueblo. Al instante, la cueva se transformó en un parque de juegos maravilloso.

Los niños del pueblo, al enterarse, corrieron a jugar y agradecerles a los amigos por su increíble regalo. Desde ese día, Arta, Natalia, Ari y Zapato se convirtieron en héroes del pueblo, recordados por su valentía, amistad y generosidad.

FIN.

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