El Misterioso Colegio de las Sombras



En una pequeña ciudad, había un colegio antiguo llamado 'El Colegio de las Sombras'. Los niños hablaban de él en la plaza del pueblo, contando historias sobre fantasmas y ruidos extraños que se oían por los pasillos. Un día, un grupo de amigos formado por Sofía, Lucas y Tomás decidió que era momento de descubrir la verdad sobre ese lugar.

"¿Vamos a investigar?", preguntó Sofía con un brillo en los ojos.

"¡Sí!", respondió Lucas, emocionado.

"Pero ¿y si hay fantasmas?", dijo Tomás, un poco asustado.

Los tres amigos se armaban de valor y se dirigieron hacia el colegio. Cuando llegaron, notaron que la puerta principal estaba entreabierta. Con un empujón, la puerta chirrió y los tres niños entraron al oscuro vestíbulo.

Las paredes estaban cubiertas de cuadros antiguos, y había un silencio que parecía pesado. De repente, un escalofrío recorrió la espalda de Tomás.

"¿Escucharon eso?", preguntó él, nervioso.

"Solo son ruidos del viento", aseguró Sofía, aunque ella también estaba un poco inquieta.

Mientras avanzaban por el pasillo, escucharon un eco de risas lejanas, pero al girar la esquina, no había nadie.

"Esto es raro...", murmuró Lucas.

"¡Tal vez sean los fantasmas que dicen que hay aquí!", exclamó Tomás, tratando de reírse para calmar sus nervios.

Decididos a seguir adelante, llegaron a una sala de clase donde encontraron un viejo libro abierto sobre el escritorio.

"Miren esto", dijo Sofía, concentrándose en las páginas.

"Historias sobre los antiguos alumnos del colegio", leyó Lucas.

"¡Y cómo en una noche de tormenta, uno de ellos desapareció!", añadió Tomás con inquietud.

De repente, la luz parpadeó, y los niños escucharon una voz suave y misteriosa.

"¿Quién osa perturbar nuestro descanso?", preguntó la voz.

Los niños, asustados, miraron entre sí.

"No queríamos asustarte, solo queríamos aprender más sobre este lugar", dijo Sofía, temblando un poco.

La voz se rió suavemente, y de las sombras apareció una figura luminosa. Era una niña espectro llamada Clara.

"Yo fui una de las alumnas que desapareció, pero no tengan miedo. Ahora cuido de este lugar y de sus secretos", explicó Clara.

"¿Por qué te quedas aquí?", preguntó Lucas, intrigado.

"Porque el colegio guarda historias valiosas y lecciones importantes. Mi misión es ayudar a los niños a aprender de ellas", respondió Clara, sonriendo con calidez.

Los amigos comenzaron a hacerle preguntas, y Clara los llevó a cada rincón del colegio, mostrándoles las historias de valor y amistad que vivieron los antiguos alumnos.

"¿Ves? Las historias no son solo cuentos de miedo, sino lecciones sobre el coraje y la amistad", les dijo.

"¡Nunca pensé que aprender sobre el pasado podría ser tan emocionante!", exclamó Tomás, olvidando su miedo.

Clara les mostró un antiguo club de lectura, donde los alumnos se reunían a contar sus historias.

"La verdadera magia del colegio está en la amistad y el aprendizaje", les explicó.

Al final de la tarde, cuando el sol empezaba a ponerse, Clara les dio un abrazo.

"Gracias por visitar y recordar la importancia de compartir historias. Vengan siempre que quieran aprender, pero olviden el miedo", dijo mientras se desvanecía en la luz.

Los tres amigos se miraron con alegría. Se habían dado cuenta de que el verdadero misterio del Colegio de las Sombras no era el miedo, sino las lecciones y la belleza de las historias compartidas.

Desde ese día, Sofía, Lucas y Tomás prometieron no solo investigar más sobre su historia, sino también transmitir el legado de amistad y valentía que había en su colegio, asegurándose de que los relatos de Clara y sus antiguos compañeros nunca se olvidaran.

FIN.

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