El Misterioso Conejo Blanco



Un soleado día en Challapampa, los niños Ángel y Paúl estaban jugando en su jardín, llenos de risas y alegría. "Vamos a explorar!", exclamó Ángel, apuntando hacia el lago Titicaca que brillaba a lo lejos.

Con un brillo en sus ojos, Paúl respondió: "¡Sí! Tal vez encontremos algo mágico allí!". Cuando llegaron al lago, el suave murmullo del agua los envolvió, y de repente, se encontraron cara a cara con un hermoso conejo blanco que parecía estar esperando por ellos.

"¡Mirá!", dijo Paúl sorprendido, "No es un conejo cualquiera, ¡parece un guardián del lago!".

Sin pensarlo, los niños se acercaron al conejo, y este les sonrió mientras movía su patita como invitándolos a seguirlo.

"¿Adónde nos llevará?", preguntó Ángel, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad. El conejo los condujo a un pequeño claro lleno de flores de colores vibrantes. "¡Es hermoso!", gritó Paúl.

En ese lugar, el conejo les enseñó la importancia de cuidar la naturaleza y los secretos de los animales del lago. Los niños escucharon atentos, prometiendo proteger el entorno que tanto admiraban. Al final del día, regresaron a casa no solo con un nuevo amigo, sino también con la valiosa lección de ser guardianes de la tierra.

FIN.

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