El misterioso huevo de Draguito



Había una vez en la selva un grupo de animales curiosos y aventureros. Entre ellos se encontraban León, el rey de la selva; Mono, el más travieso de todos; y Jirafa, con su cuello largo y elegante.

Todos vivían en armonía y se divertían explorando juntos. Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un sonido extraño que venía del espeso bosque. Se acercaron sigilosamente para descubrir qué era lo que estaba ocurriendo.

Fue entonces cuando vieron un huevo misterioso posado sobre una hoja gigante. - ¡Miren! Un huevo - exclamó Mono emocionado. - Parece ser muy especial - dijo Jirafa admirada. - ¿Qué creen que pueda haber dentro? - preguntó León con curiosidad.

Sin pensarlo dos veces, los tres animales decidieron quedarse junto al huevo para ver qué ocurriría. Pasaron las horas y empezaron a escuchar ruidos raros provenientes del interior del huevo. Estaban tan intrigados que no podían apartar la mirada.

De repente, el cascarón comenzó a romperse lentamente hasta revelar una pequeña criatura verde con ojos brillantes y alas diminutas: ¡era un bebé dragón! Los animales miraron con asombro al nuevo integrante de la selva.

El bebé dragón parecía confundido y asustado por su entorno desconocido. - ¡Hola! ¿Quién eres tú? - preguntó Mono acercándose tímidamente. - Soy Draguito, pero me siento perdido... no sé qué hacer - respondió el bebé dragón con voz temblorosa.

Los animales se miraron entre sí y, sin dudarlo, decidieron ayudar a Draguito a encontrar su lugar en la selva. Le enseñaron sobre las diferentes plantas y animales que habitaban allí, compartieron sus conocimientos y experiencias con él.

Con el tiempo, Draguito comenzó a sentirse más seguro y feliz en su nuevo hogar. Aprendió a volar junto a los pájaros, correr velozmente como el guepardo e incluso nadar con los peces en el río. Era un verdadero tesoro para la selva.

Pero un día, mientras exploraban una cueva oscura, oyeron un fuerte estruendo proveniente de afuera. Salieron apresuradamente y se encontraron con cazadores furtivos que habían llegado para capturarlos. - ¡No permitiremos que nos atrapen! - exclamó León valientemente.

- ¡Todos juntos podemos vencerlos! - agregó Jirafa decidida. Los animales se organizaron rápidamente y utilizaron sus habilidades únicas para ahuyentar a los cazadores furtivos. Gracias al vuelo de Draguito, pudieron ver desde arriba cómo los invasores huían despavoridos.

Después de ese incidente, los animales comprendieron la importancia de trabajar en equipo y proteger su hogar. Valoraron la diversidad de cada uno y entendieron que todos eran especiales e importantes dentro del ecosistema de la selva.

Desde entonces, Draguito se convirtió en el guardián del bosque. Con su fuego controlado podía mantener alejados a los cazadores y proteger a sus amigos animales. Así, la selva se convirtió en un lugar seguro y feliz para todos.

Los animales aprendieron que la amistad, el respeto y la colaboración son fundamentales para enfrentar cualquier desafío que se presente en sus vidas.

Y así, esta historia nos enseña que todos somos capaces de superar obstáculos cuando trabajamos juntos y valoramos nuestras diferencias. La diversidad es lo que hace al mundo tan especial y maravilloso.

FIN.

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