El misterioso palacio de colores



Había una vez un niño llamado Tomás, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas donde pastaban sus ovejas.

Un día, mientras cuidaba a sus ovejas cerca de una hermosa laguna, una joven vestida de blanco apareció caminando sobre el agua. Sin pensarlo dos veces, la curiosidad llevó a Tomás a seguir a la joven, caminando sobre la laguna hasta llegar a una misteriosa cueva.

Los padres de Tomás, preocupados al no encontrar a su hijo, emprendieron la búsqueda por todo el pueblo y sus alrededores. Finalmente, escucharon la voz de Tomás provenir de la cueva y corrieron hacia allí.

Dentro de la cueva, encontraron a Tomás junto a la joven misteriosa.

El padre, aliviado, le colocó una cálida bufanda a su hijo y le preguntó qué había ocurrido. Tomás, con ojos brillantes, les contó que la joven lo había llevado a un palacio de colores mágicos, donde todo brillaba con vivos tonos y donde había aprendido lecciones importantes.

Después

de escuchar atentamente la historia de su hijo, los padres comprendieron que, a pesar de la preocupación inicial, esta experiencia había sido invaluable para el pequeño Tomás.

Así, la historia se extendió por el pueblo y se convirtió en un hermoso cuento que todos los niños escuchaban con fascinación.

Tomás se convirtió en un símbolo de valentía y curiosidad, y sus aventuras inspiraron a los demás niños a explorar, aprender y ser valientes, recordando siempre que la verdadera magia se encuentra en el interior de cada uno.

FIN.

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