El misterioso regalo de la solidaridad



Juliancito caminaba de la mano de su mamá, con el sol brillando en el cielo azul y el aire fresco acariciando sus mejillas.

Mientras se dirigían al mercado para comprar comida y medicinas para su abuelo Víctor, Juliancito pensaba en las muchas preguntas que rondaban su mente. - Mamá, ¿por qué el abuelo está enfermo? - preguntó Juliancito con curiosidad.

- El abuelo Víctor necesita medicinas especiales para sentirse mejor, pero a veces necesitamos ayudarlo con nuestro cariño y compañía - respondió su mamá con ternura. Juliancito asintió con seriedad, pensando en cómo podría ayudar a su abuelo. De repente, vieron a un grupo de niños ayudando a recoger la basura en la calle. Juliancito se detuvo y observó maravillado.

- Mamá, ¿por qué esos niños están ayudando a limpiar la calle? - preguntó con asombro. - Ellos están mostrando solidaridad, hijo.

La solidaridad es cuando nos preocupamos por los demás y queremos hacer del mundo un lugar mejor para todos - explicó su mamá con una sonrisa. Las palabras de su mamá resonaron en la mente de Juliancito mientras continuaban su camino. De repente, un fuerte viento sopló y un papel se acercó revoloteando hacia ellos.

Juliancito lo atrapó justo a tiempo y vio que era un dibujo hecho por uno de los niños que estaban limpiando la calle. En él, se veía a un grupo de personas sonrientes ayudándose mutuamente. Juliancito sonrió emocionado.

- Mamá, ¿crees que podríamos ayudar al abuelo Víctor de la misma manera en que esos niños ayudan a limpiar la calle? - preguntó con entusiasmo. - Claro que sí, Juliancito.

A veces, el regalo más hermoso que podemos dar es nuestra solidaridad y compañía a quienes más lo necesitan - respondió su mamá con cariño. Inspirado por la imagen y las palabras de su mamá, Juliancito decidió dibujar algo especial para su abuelo Víctor.

Con colores brillantes, dibujó un corazón grande con la palabra 'Abuelo' en el centro. Y en ese instante, comprendió el verdadero significado de la solidaridad. Esa noche, Juliancito le entregó el dibujo a su abuelo Víctor, quien lo abrazó con gratitud y emoción.

Desde ese día, Juliancito entendió que la solidaridad y el cariño son regalos que todos podemos compartir, haciendo que el mundo sea un lugar más cálido y feliz.

FIN.

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