El misterioso sapo del río




Luciano y Raúl eran dos amigos inseparables que vivían cerca de un hermoso río. Todos los días, después de la escuela, corrían hacia el río para jugar.

Un día, mientras exploraban las orillas del río, descubrieron un sapo grande y verde. Estaban encantados con el simpático anfibio y decidieron llamarlo 'Saltarín'. Desde ese día, Luciano y Raúl pasaban horas jugando con Saltarín, observando cómo daba saltos y nadaba en el agua fresca del río.

-¡Mira, Saltarín! ¡Puedes saltar más alto que nadie! -exclamaba Luciano emocionado. Un atardecer, cuando el sol pintaba el cielo de tonos dorados, Luciano y Raúl notaron algo extraño en el comportamiento de Saltarín. El sapo parecía inquieto y miraba fijamente hacia el bosque cercano.

-¿Qué crees que le sucede, Luciano? -preguntó Raúl preocupado. -No lo sé, pero vamos a descubrirlo -respondió Luciano decidido. Los niños siguieron a Saltarín que, con saltos rápidos, los llevó hasta un lugar oculto en el bosque.

Ahí, encontraron un nido de pajaritos que habían caído de su nido. Saltarín, con su lengua pegajosa, les estaba dando de comer a los pajaritos huérfanos. Los niños se miraron sorprendidos y emocionados. -¡Saltarín es un héroe! -exclamó Raúl emocionado. -Sí, es increíble.

Descubrimos la verdadera valentía de nuestro amigo sapo -dijo Luciano con admiración. Desde ese día, Luciano y Raúl aprendieron una gran lección gracias a Saltarín. A veces, las apariencias engañan y hay héroes inesperados en el mundo.

Juntos, decidieron cuidar y proteger a Saltarín, quien se había convertido en su amigo más especial. Esa tarde, los tres amigos regresaron al río. Los pajaritos revoloteaban alegremente en el cielo y Saltarín daba sus característicos saltos.

La amistad, el valor y la solidaridad habían unido a estos tres pequeños héroes en un hermoso lazo de cariño y admiración.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!