El Misterioso Sonido del Tren



Era un día nublado y fresco cuando Adri subió al tren para visitar a su abuela en el campo. El tren avanzaba a toda velocidad y, desde su asiento, Adri admiraba el paisaje que se deslizaba rápidamente frente a él. Sin embargo, de repente, un ruido rompió la tranquilidad del viaje. —"Puugg" , se oyó desde lo profundo del tren.

Adri se asustó y miró a su alrededor. Algunos pasajeros murmuraban con inquietud, mientras que otros parecían ajenos al extraño sonido. El pequeño se levantó de su asiento y se acercó a la ventana cuadrada, que estaba un poco empañada por el frío.

"¿Qué fue ese ruido?" - preguntó con voz temblorosa a una señora mayor que estaba sentada a su lado.

"No te preocupes, querido. A veces los trenes hacen ruidos raros. Puede que sea solo el viento" - respondió la señora con una sonrisa cálida.

A pesar de la respuesta tranquilizadora, Adri no podía sacudirse la inquietud. Era curioso por naturaleza, así que decidió investigar. Caminó por el pasillo del tren hasta llegar a la puerta de la máquina. Justo cuando estaba a punto de abrirla, un hombre vestido de overol pasó a su lado.

"¿A dónde vas, pibe?" - le preguntó el hombre con una voz profunda.

"Voy a ver qué fue ese ruido, señor. Tengo miedo" - confesó Adri.

El hombre sonrió con complicidad y le dijo:

"Es normal sentir miedo, pero a veces hay que ser valientes y explorar lo desconocido. Ven, te llevaré a ver cómo funciona el tren. Puede que el ‘puugg’ sea solo el sonido del motor trabajando".

Adri, emocionado por la oferta, siguió al hombre hasta la parte delantera del tren. Allí, pudo ver cómo el conductor manejaba la locomotora mientras el sonido del motor reverberaba en sus oídos.

"¿Ves cómo funciona?" - preguntó el hombre señalando los controles. "Todo hace ruido cuando está en movimiento".

Adri asintió con la cabeza, sus ojos brillaban de asombro al ver las palancas y las luces parpadeantes.

"No hay de qué preocuparse, Adri. A veces el miedo nos detiene, pero si lo enfrentamos, descubrimos cosas increíbles" - explicó el hombre.

Pero entonces, un nuevo sonido interrumpió la conversación, un fuerte —"cladak" . Adri se sobresaltó, haciendo que su corazón latiera con fuerza.

"Ahora sí creo que hay algo mal" - dijo, con la voz entrecortada.

El hombre lo miró y sonrió, "No hay razón para alarmarse. Eso fue solo la consulta de la alarma del tren. Aprender a lidiar con el miedo es parte del viaje".

Adri, aunque aún algo nervioso, decidió ser valiente, y preguntó:

"¿Y qué pasa si hay un problema serio?" -

El hombre le respondió, "Siempre hay un plan. Los trenes están diseñados para ser seguros, y nosotros somos un equipo. Todos ayudamos a que el viaje sea lo mejor posible".

Tras esa plática, Adri se sintió un poco más tranquilo. El misterioso sonido del tren ya no le parecía tan amenazador. Regresó a su asiento, todavía reflexionando sobre todo lo que había aprendido. Ya no sentía miedo, sino emoción por lo que vendría.

Cuando finalmente llegó a la estación del campo, el tren se detuvo con un suave chirrido. Adri miró hacia atrás con una sonrisa en el rostro.

"Gracias, señor. Aprendí que hay que investigar y no dejarse llevar por el miedo" - se despidió, mientras bajaba del tren con firmeza.

"¡Siempre adelante, muchacho! Recuerda que cada viaje trae su aprendizaje" - le respondió el hombre, mientras Adri se alejaba, listo para nuevas aventuras.

Y así, aunque había comenzado su viaje asustado por un extraño sonido, terminó su visita con una lección invaluable: a veces, lo desconocido solo necesita un poco de valentía para ser explorado.

A partir de ese día, cada vez que escuchaba un ruido inesperado, Adri sonreía, porque sabía que detrás de cada sonido había una oportunidad para descubrir algo nuevo y emocionante.

FIN.

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