El misterioso sonido en la selva


Había una vez un niño llamado Manuel que vivía en la hermosa amazonia. Era un lugar lleno de árboles gigantes, ríos cristalinos y animales exóticos. Manuel era muy curioso y le encantaba explorar la naturaleza que lo rodeaba.

Un día, durante las vacaciones de verano, Manuel decidió salir al monte con sus padres y su hermanita Luci para castañear. Las castañas eran muy valiosas en su comunidad y se utilizaban para hacer deliciosos postres.

Al llegar al monte, todos se pusieron manos a la obra. Manuel trepaba los árboles más altos para recolectar las castañas maduras mientras sus padres las recogían del suelo. Luci, por su parte, ayudaba a guardarlas en sacos.

De repente, mientras Manuel subía a uno de los árboles más altos, escuchó un ruido extraño proveniente de lo profundo del bosque. Se detuvo y miró hacia el lugar de donde venía el sonido. Sin pensarlo dos veces, decidió seguirlo.

"- Papá, mamá, voy a investigar ese ruido misterioso. No tarden mucho", dijo Manuel emocionado. Sus padres asintieron con una sonrisa y le recordaron que tuviera cuidado.

Manuel caminó adentrándose cada vez más en el espeso bosque hasta que finalmente llegó a un claro donde vio algo increíble: ¡un grupo de monitos jugando entre sí! Los monitos parecían estar disfrutando mucho saltando de árbol en árbol y lanzándose frutas unos a otros.

Manuel se acercó cautelosamente y, con mucho cuidado, comenzó a imitar sus movimientos. Poco a poco, los monitos se dieron cuenta de la presencia de Manuel y decidieron aceptarlo como uno más. Juntos jugaron durante horas, riendo y divirtiéndose sin parar.

Cuando el sol comenzó a ponerse, Manuel decidió que era hora de regresar con su familia. Se despidió de los monitos con una sonrisa en el rostro y emprendió el camino de vuelta.

Al llegar al lugar donde estaban sus padres y Luci, todos lo recibieron con abrazos emocionados. "- ¡Manuel! ¿Dónde estabas? ¡Te hemos estado buscando!", exclamaron sus padres preocupados. "- Estaba jugando con unos monitos en el bosque", respondió Manuel lleno de alegría.

Sus padres lo miraron sorprendidos pero felices por haberlo encontrado sano y salvo. Decidieron que era momento de regresar a casa para disfrutar juntos las castañas recolectadas. Mientras caminaban hacia la salida del monte, Manuel les contó sobre su increíble aventura con los monitos.

Sus padres escucharon atentamente y le explicaron lo importante que es respetar y cuidar la naturaleza que nos rodea.

Desde aquel día, Manuel nunca olvidaría la importancia de explorar su entorno natural con curiosidad pero siempre manteniendo un equilibrio entre diversión y responsabilidad. Y así, cada vez que volvían al monte para castañear, Manuel recordaba aquel encuentro especial con los monitos mientras disfrutaba del sabor dulce de las castañas que recolectaba con su familia.

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