El Misterioso Tesoro del Patio



Era un brillante día en la escuela Infantil Sol Naciente. Los colores del patio se mezclaban con risas y juego. Pero entre juegos y risas, tres amigos estaban a punto de vivir una aventura sorprendente y misteriosa.

Un día, mientras jugaban al escondite en un rincón del patio, Nico, Abril y Tomi se encontraron con una caja antigua cubierta de tierra.

"¡Miren! ¿Qué es esto?" - preguntó Nico, limpiando la caja con sus pequeñas manos.

"No lo sé, ¡pero parece un tesoro!" - exclamó Abril, emocionada.

"¿Y si tiene pistas?" - sugirió Tomi, su rostro iluminándose de curiosidad.

Decidieron abrirla con cuidado. Dentro, había un viejo mapa dibujado a mano, pero también algo muy extraño: una nota que decía: "Para encontrar el premio, deben seguir las pistas en el patio, de lo contrario, el deseo se perderá en el aire".

"¡Esto es un misterio!" - gritó Avril, mientras todos estaban muy intranquilos.

Tomaron la decisión de seguir el mapa, que parecía llevarlos a diferentes lugares del patio. La primera pista indicaba: "Bajo la sombra del gran árbol, donde los pájaros se posan, está la siguiente pista esperando que la saques".

"¡Vamos al árbol!" - dijo Nico, corriendo hacia allí.

Cuando llegaron al árbol, encontraron una pequeña piedra pintada con un dibujo de un pájaro.

"Esto debe ser una pista!" - dijo Abril, y al dar la vuelta a la piedra, encontraron otra nota: "Sigue el camino de flores hacia el lugar donde los niños saltan. Ahí te espera la siguiente pista".

Tomaron un respiro y siguieron corriendo hacia el lugar donde había un gran columpio.

"¡Miren, allí está!" - gritó Tomi, señalando algo brillante en el suelo.

Bajaron al suelo y encontraron una cinta azul. Al estirarla, se dieron cuenta de que era una cinta de papel con un desafío.

"El desafío dice: para encontrar tu tesoro, deben trabajar en equipo. Si uno no ayuda, nunca habrá premio". - leyó Abril entusiasmada.

Ellos miraron un poco confundidos. ¿Qué significaba eso?

Nico, quien siempre había sido un poco tímido, dijo: "Yo puedo subir al columpio y mirar desde arriba. Quizás vea algo que nos ayude".

"¡Buena idea! ¡Vamos!" - apoyó Tomi.

Pero, al llegar el momento de ayudar a Nico a subir, Abril se dio cuenta de que el equipo necesitaba coordinación. "Nico, necesitamos hacer esto juntos. Yo te mantendré con la cuerda y Tomi, tú empújame, así él puede tener una buena vista".

"¡Vamos! ¡Uno, dos, tres!" - gritaron los chicos mientras trabajaban juntos.

Después de un par de intentos, Nico llegó a la cima y pudo mirar a su alrededor.

"¡Allí! ¡En el juego de arena! Ahí hay algo brillante!" - gritó, emocionado.

Para sorpresa de todos, había otra pieza que tenía un mensaje. Al leerlo, todos fueron a la zona de juegos de arena. Al llegar, descubrieron una especie de mini baúl en la arena, que contenía una figura de un dragón de papel.

"¿Qué adivinanza tendrá este dragón?" - preguntó Tomi.

"¡Lee la nota!" - le dijo Abril, mientras Tomi despliega la nota que venía con el dragón; decía: "El dragón trae magia para los que siempre comparten, para siempre tener alegría, nunca dudes en empezar a ayudar aunque aún no sientas que lo puedes hacer".

Los amigos le dieron vueltas a la nota, discutiendo sobre qué significaba.

"Quizás se refiere a celebrar la amistad y compartir" - dijo Nico, pensativo.

Entonces, decidieron que la verdadera aventura no era el tesoro, sino lo que aprendieron haciendo el juego. Así que, uniendo sus cabezas creativas, decidieron buscar un lugar especial justo en medio del patio donde pudieran pasar tiempo haciendo juegos de arte y compartir ideas.

El verdadero tesoro resultó ser la amistad que crecían juntos, y cada día seguían explorando el patio, buscando cosas divertidas para hacer, recordando las valiosas lecciones del dragón de papel.

La caja vieja del tesoro nunca fue olvidada, y al lugar donde jugaron le comenzaron a llamar: "El jardín de los amigos", tal como lo pensaron después de todo lo que compartieron juntos.

Y así, en la escuela Infantil Sol Naciente, no sólo encontraron un tesoro, sino también un lugar donde todos podían ser ellos mismos, siempre con una sonrisa y un deseo de compartir.

Y así fue como la aventura con el dragón de papel les mostró que juntos podían enfrentar cualquier misterio que se presentara en el patio.

"Gracias, amigos, por ser parte de este gran tesoro" - dijo Nico con una gran sonrisa.

Y sus risas resonaron en el patio lleno de luz, donde siempre había un nuevo misterio esperando ser descubierto.

Fin.

FIN.

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