El misterioso tren de la anciana



Había una vez una pequeña ciudad donde vivía una anciana llamada Doña Rosa. Todas las noches, Doña Rosa se asomaba a la ventana de su casa para ver pasar un tren misterioso. Nadie le creía, ya que decían que a esas horas no pasaba ningún tren por allí. Pero una noche, un grupo de niños curiosos escuchó el relato de la anciana y decidieron buscar el tren. Para su sorpresa, descubrieron un antiguo vagón abandonado que los llevaría a un colegio mágico y especial. Sin embargo, para llegar al colegio, debían superar obstáculos cada vez más difíciles. Con valentía y trabajo en equipo, los niños lograron sortearlos uno a uno. Finalmente, llegaron al colegio, donde aprenderían no solo matemáticas y ciencias, sino también lecciones de moral, valores y amistad. Doña Rosa, desde ese día, se convirtió en la protectora de ese tren misterioso, recordándoles a los niños la importancia de creer en las maravillas que el mundo guarda.

"¡Miren, miren! ¡El tren pasa todas las noches!" exclamaba Doña Rosa emocionada.

"¿Un colegio mágico? ¡Eso suena genial!" dijo Martín, uno de los niños.

"Parece imposible superar esos obstáculos, pero juntos lo lograremos" afirmó Valentina, la más valiente del grupo.

"¡Lo hicimos! ¡Llegamos al colegio!" gritaron todos los niños emocionados.

"Doña Rosa, gracias por contarnos sobre el tren. Ahora, cada vez que lo veamos, recordaremos la importancia de creer en lo increíble", expresó Pablo, con una sonrisa en su rostro.

FIN.

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