El misterioso visitante
Había una vez una niña llamada Valentina que se encontraba pasando por una situación muy difícil en su vida. Había perdido a su mascota y estaba muy triste.
Una noche, mientras miraba por la ventana, vio a un hombre asomándose desde afuera. Al principio se asustó, pero luego recordó lo que su mamá le había dicho sobre pedir ayuda a un adulto si se encontraba en peligro. Valentina llamó a su mamá y juntas fueron a hablar con el hombre.
Resultó que era un vecino nuevo llamado Tomás, quien quería conocer a su nueva comunidad. Valentina y su mamá conversaron con Tomás y compartieron sus preocupaciones.
Para sorpresa de Valentina, Tomás le dijo que también había perdido a su mascota hace años y que entendía lo que ella estaba sintiendo.
A partir de ese día, Tomás se convirtió en un amigo de confianza para Valentina, quien aprendió que a veces, las personas que entran en nuestras vidas inesperadamente pueden traer consuelo y alegría, incluso en los momentos más difíciles. Juntos, Valentina y Tomás organizaron un evento comunitario para ayudar a encontrar mascotas perdidas, lo que les permitió a ambos superar sus tristezas y fortalecer lazos con sus vecinos.
Desde entonces, Valentina aprendió que no hay que tener miedo de pedir ayuda y de abrirse a nuevas amistades, ya que a veces, los misteriosos visitantes pueden convertirse en valiosos apoyos en nuestras vidas.
FIN.