El mono curioso y sabio



Había una vez, en la selva más hermosa y exuberante del mundo, vivía un pequeño mono llamado Tamito. Tamito era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas.

Un día, mientras jugaba en los árboles, escuchó un ruido extraño proveniente de una laguna cercana. Intrigado por el sonido, Tamito decidió acercarse a investigar qué estaba pasando.

Al llegar a la orilla de la laguna, se encontró con una escena desoladora: los animales que allí vivían estaban discutiendo y peleándose entre sí. Los jaguares acusaban a los hipopótamos de ensuciar el agua con su gran tamaño. Los changos se quejaban de que los gorilas les robaban sus frutas favoritas.

Las serpientes aseguraban que los osos invadían su territorio constantemente. Tamito sabía que algo debía hacerse para solucionar aquel conflicto y devolver la paz a la selva.

Decidió hablar con cada uno de los animales por separado para entender mejor sus problemas y buscar una solución justa para todos. Primero fue a hablar con los jaguares y les preguntó por qué pensaban que los hipopótamos ensuciaban el agua.

Los jaguares explicaron que cuando bebían del río, los hipopótamos dejaban barro y restos de plantas en ella, lo cual dificultaba su acceso al agua limpia. Luego, Tamito fue a hablar con los hipopótamos y les dijo lo preocupados que estaban los jaguares por el estado del agua.

Los hipopótamos comprendieron su error y prometieron ser más cuidadosos al beber para no ensuciarla. Después, Tamito se encontró con los changos y les preguntó por qué creían que los gorilas les robaban sus frutas.

Los changos explicaron que los gorilas eran mucho más fuertes y rápidos, por lo que podían llegar antes a las frutas maduras. Tamito decidió organizar una competencia de agilidad entre los changos y los gorilas para resolver el problema.

El ganador tendría derecho a comer primero las frutas maduras, mientras que el perdedor debía esperar su turno. Por último, Tamito habló con las serpientes y los osos para entender mejor su conflicto territorial.

Las serpientes explicaron que necesitaban un lugar tranquilo y oscuro para descansar durante el día, pero los osos siempre invadían su espacio. Tamito propuso crear diferentes áreas en la selva donde cada especie pudiera tener su propio territorio sin molestar a los demás.

De esta manera, las serpientes podrían encontrar refugio en lugares tranquilos mientras que los osos podrían disfrutar de otros espacios sin perturbarlas. Con todas estas soluciones en mente, Tamito convocó una reunión general con todos los animales de la selva. Explicó cómo había escuchado sus problemas y propuso las soluciones correspondientes.

Todos estuvieron de acuerdo en seguir estas nuevas reglas para vivir en armonía. A medida que pasaba el tiempo, la selva se fue transformando en un lugar pacífico y lleno de alegría nuevamente.

Los jaguares bebían agua limpia gracias a la precaución de los hipopótamos. Los changos disfrutaban de sus frutas favoritas sin preocuparse por los gorilas. Las serpientes encontraron refugio en sus áreas especiales y los osos podían explorar sin molestarlas.

Tamito se convirtió en el héroe de la selva, un ejemplo para todos los animales que aprendieron que la comunicación y la búsqueda de soluciones justas eran fundamentales para vivir en paz y armonía.

Y así, Tamito demostró que incluso el más pequeño puede hacer una gran diferencia cuando se trata de resolver problemas y construir un mundo mejor. La selva problemática se convirtió en un lugar donde todos los animales coexistían felices gracias a su valentía y determinación.

FIN.

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