El mono generoso
con voz temblorosa:"Señor león, ¿podría usted indicarme dónde puedo encontrar agua? Llevo días buscando y no he tenido suerte. "El león, sorprendido por la valentía del mono al acercarse a él, sonrió amablemente y respondió:"Claro que sí, pequeño amigo.
Sigue por este camino y llegarás a un hermoso río cristalino donde podrás saciar tu sed. "El mono agradeció al león y se puso en marcha con renovada esperanza. Siguió el camino indicado hasta que finalmente llegó al río.
Estaba extasiado al ver tanta agua fresca y pura. Sin embargo, cuando se disponía a beber, notó que había varios animales formando una larga fila esperando su turno para tomar agua. El mono se sintió desanimado nuevamente.
Decidió acercarse a uno de los animales más cercanos en la fila y preguntarle qué ocurría. "¿Por qué están todos esperando aquí?", preguntó el mono con curiosidad.
El animal, un elefante viejo pero sabio, contestó pacientemente:"Aquí todos aprendemos la importancia de compartir y respetar el turno de cada uno. Todos tenemos derecho a beber agua sin importar nuestra especie o tamaño. "Aunque el mono entendió la explicación del elefante, no pudo evitar sentirse decepcionado.
Pensaba que sería injusto tener que esperar tanto tiempo para calmar su sed. Justo cuando estaba por rendirse e irse en busca de otro lugar para beber agua, escuchó una vocecita detrás suyo. "Oye, mono.
Si quieres, puedes tomar mi turno y beber antes que yo. "El mono se dio vuelta y vio a un pequeño ratón ofreciéndole su lugar en la fila. El mono quedó sorprendido por la generosidad del ratón y aceptó su amable oferta.
Después de saciar su sed, el mono buscó al ratón para agradecerle. "Amigo ratón, no puedo creer tu acto de bondad.
¿Por qué me ayudaste sin conocerme?"El ratón sonrió y explicó:"A veces, las acciones más pequeñas pueden hacer una gran diferencia en la vida de alguien. Todos debemos aprender a ser generosos y solidarios, sin importar cuán grandes o pequeños seamos.
"El mono comprendió entonces que no solo había encontrado agua para calmar su sed, sino también una valiosa lección sobre el valor de la amistad y el compartir. Desde aquel día, el mono se convirtió en un defensor de la igualdad y la solidaridad entre todos los animales del bosque.
Y cada vez que veía a alguien necesitado, recordaba las palabras del sabio elefante y del generoso ratón. Y así, gracias a esa experiencia transformadora, el bosque se llenó de animales dispuestos a ayudarse mutuamente y vivieron felices para siempre.
FIN.