El Mono Mágico y el Chai de Coripata



En las verdes montañas de los Yungas de La Paz, específicamente en el pequeño y encantador distrito de Coripata, vivía un mono muy especial llamado Tico. Tico no era un mono común; tenía una cola que brillaba como las estrellas y unos ojos chispeantes que parecían saber todos los secretos de la naturaleza.

Un día, mientras exploraba la selva, Tico sintió un delicioso aroma en el aire. Sigilosamente se acercó a la fuente del perfume y descubrió un arbusto lleno de hojas de chai, la bebida más sabrosa que había probado.

- “¡Mmm, qué rico huele esto! ” - exclamó Tico, mientras masticaba una hoja.

Mientras saboreaba el chai, conoció a una niña llamada Ana, quien recogía hojas para llevar a su casa.

- “¡Hola, pequeña! ¿Te gustaría compartir un poco de este chai conmigo? ” - le ofreció Tico mientras daba saltos.

Ana se sorprendió al ver un mono parlante, pero su curiosidad era mayor que su miedo.

- “¡Sí, claro! Nunca había charlado con un mono, pero me encantaría probarlo.” - respondió Ana entusiasmada.

Los dos se sentaron bajo la sombra de un gran árbol y comenzaron a compartir historias sobre su vida en Coripata. Tico le habló sobre las maravillas de la selva, cómo cuidar de los árboles y la importancia de compartir la comida.

- “La naturaleza nos da todo lo que necesitamos. ¿Sabías que si cuidamos de los árboles, siempre tendremos chai para disfrutar? ” - le dijo Tico, mientras hacía malabares con algunas hojas.

Ana escuchaba atenta, y de repente tuvo una idea brillante.

- “¿Y si hacemos una bebida mágica con el chai y la compartimos con todos en Trinidad Pampa? ”

Tico aplaudió emocionado.

- “¡Esa es una idea maravillosa! Pero necesitaremos más hojas y frutas. Vamos a hacer un gran festín.”

Fueron de casa en casa, recogiendo hojas de chai, frutas frescas y otros ingredientes, mientras contaban a todos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. La gente se unió con entusiasmo, buscando los mejores productos de sus huertos.

Mientras trabajaban, un viento suave comenzó a soplar, trayendo consigo un misterioso brillo dorado. Tico miró hacia arriba y vio un grupo de aves hermosas que danzaban en el aire.

- “¡Mira Ana! Las aves quieren unirse a nuestra fiesta. Parece que están celebrando con nosotros.” - dijo el mono, maravillado.

Cuando todo estuvo listo, Tico y Ana organizaron un gran banquete en la plaza de Trinidad Pampa. Todos los habitantes llegaron, trayendo sus mejores recetas y, por supuesto, su chai. La plaza se llenó de risas, bailes y música. Tico incluso les enseñó a todos a hacer una danza del tai chi para honrar a la naturaleza.

Mientras el sol comenzaba a ocultarse, el banquete alcanzó su punto culminante. Ana levantó un vaso lleno de chai y gritó:

- “¡A la naturaleza y a nuestros amigos! ”

Todos levantaron sus vasos y brindaron juntos. El ambiente estaba tan lleno de alegría que Atrapasueños, el espíritu guardián del lugar, apareció en forma de un brillante arcoíris.

- “Estoy muy orgulloso de todos ustedes por cuidar la naturaleza y compartir con amor. Este día será recordado cada año como el Festival del Chai,” - dijo Atrapasueños.

Desde ese día, el Festival del Chai se convirtió en una tradición en Trinidad Pampa, donde la gente se reunía para disfrutar de la naturaleza, aprender su importancia y, por supuesto, saborear el mágico chai que Tico y Ana habían creado. Y así, la amistad entre el mono mágico y la niña se convirtió en la leyenda que recordaban generaciones.

Tico siguió viviendo en los Yungas, siempre al lado de sus amigos, asegurándose de que el amor por la naturaleza y la amistad imperara en su hogar. Y cada vez que alguien probaba el chai mágico, podía sentir la esencia de Tico y la alegría que compartieron en ese memorable día bajo el sol de Coripata.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!