El Mono Malo y las Cadenas de la Amistad



En un frondoso bosque en Argentina, vivía un mono llamado Benny. Benny no era un mono común y corriente; tenía fama de ser el más travieso de todos. Siempre estaba causando problemas: robando frutas de los árboles de sus amigos, haciendo bromas pesadas y corriendo por todas partes. Era conocido como el mono malo. Pero, a pesar de sus travesuras, Benny se sentía solo. Nadie quería jugar con él porque siempre estaba metiendo la pata.

Un día, mientras Benny intentaba robar un plátano de un árbol, se encontró con un grupo de animales reunidos. Eran el loro Pablo, la tortuga Tita, y el zorro Tito. Benny escuchó la conversación y se dio cuenta de que estaban hablando de una carrera que se llevaría a cabo en el bosque. El premio era un gran montón de frutas frescas, y eso hizo que Benny se animara.

"¡Yo quiero participar!" - gritó Benny, saltando de emoción.

"Pero Benny, vos siempre haces lo que querés y nunca seguís las reglas" - respondió Pablo, el loro.

"No, no, esta vez voy a ser bueno, prometo no hacer trampa" - se defendió Benny, justo cuando sus ojos se iluminaron al pensar en todas esas ricas frutas.

Tita y Tito se miraron con desconfianza, pero decidieron darle una oportunidad. Así que Benny se unió a la carrera, entusiasmado por ser parte del grupo. Sin embargo, a medida que se acercaba el día de la competencia, Benny comenzó a sentir una presión desconocida. Recordó todas las veces que había sido malo, y esto le empezó a preocupar.

El día de la carrera, los animales estaban alineados en la línea de salida. Benny, con su energía al 100%, se sentía listo. Pero cuando comenzó la carrera, Benny no pudo evitar la tentación de hacer trampa. Usó sus viejas artimañas, empujando a Tito y haciendo que se cayera.

"¡Voy a ganar!" - gritó Benny, riendo. Pero cuando miró hacia atrás, vio a sus amigos cayendo uno por uno, y eso no le agradó.

Un ruido extraño lo interrumpió. Al mirar hacia las ramas, vio que uno de los árboles más cercanos se estaba cayendo. ¡Era peligroso! Los otros animales estaban tan concentrados en la carrera que no se habían dado cuenta. Entonces, Benny enfrentó una decisión difícil.

"¡Chicos!" - gritó "¡Cuidado!"

Detuvo la carrera y corrió hacia ellos para advertirles. Al principio, los demás se sorprendieron.

"¿Benny? ¿Estás ayudándonos?" - preguntó Tita, confundida.

"Sí, no podemos seguir corriendo, hay un árbol a punto de caer. Es peligroso" - dijo Benny, sintiendo cómo su corazón latía fuerte.

Los animales, al escuchar a Benny, se detuvieron y miraron hacia el árbol que se inclinaba peligrosamente. Con rapidez, todos se apartaron del camino y encontraron un lugar seguro. Benny, al ver que sus amigos estaban a salvo, se sintió bien. Esa sensación era nueva. La adrenalina había desaparecido y, en su lugar, había algo más: la satisfacción de hacer lo correcto.

Después de que el peligro pasó, los animales miraron a Benny con sorpresa.

"Gracias, Benny. No esperábamos que nos ayudaras" - dijo Tito, aún aturdido por lo sucedido.

"Tal vez a veces el mono malo puede hacer cosas buenas" - dijo Benny, un poco avergonzado.

Desde ese día, Benny comenzó a cambiar. Manteniendo su promesa, empezó a ser más amable, a ayudar a sus amigos y a dejar de lado sus travesuras. Sus amigos, al ver este cambio, empezaron a jugar con él de nuevo.

Y así, Benny dejó de ser el mono malo y se convirtió en el mejor amigo que todos habían querido tener. Cuando llegó el día de la próxima carrera, Benny no solo compitió, sino que además ayudó a su amigo Tito a entrenar. Juntos, disfrutaron de más travesuras, pero esta vez las hacían juntos, trabajando en equipo.

Al final, Benny aprendió que la verdadera felicidad no venía de ganar, sino de ser parte de algo más grande: la amistad. Desde entonces, siempre que un nuevo problema surgía, Benny elegía no ser el mono malo, sino el amigo que todos querían tener, lleno de risas, juegos y cariño. El bosque nunca volvió a ser el mismo, y todos aprendieron que el verdadero valor a veces radica en hacer lo correcto.

Y así, el mono malo se convirtió en el mono bueno, ¡y nunca estuvo solo otra vez!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!