El mono Mico y la amistad
Había una vez en la selva más colorida de todo el mundo, un mono llamado Mico. Mico era un mono divertido y travieso, siempre estaba saltando de rama en rama y jugando con las hojas. Sin embargo, había algo que a Mico le preocupaba: no tenía amigos. Aunque todos los animales de la selva lo conocían, nadie jugaba con él. Esto lo hacía sentir triste, pero Mico no sabía cómo hacer amigos.
Un día, mientras columpiaba entre las ramas, vio a una tortuga llamada Tula que estaba intentando atravesar un pequeño arroyo. Mico bajó de su árbol y la saludó.
"¡Hola, Tula! ¿Necesitás ayuda para cruzar?" - le preguntó Mico.
"Oh, Mico, gracias. Pero no te preocupes, yo puedo hacerlo sola, aunque me lleve un poco más de tiempo" - respondió Tula con una sonrisa.
Mico se sintió un poco triste al escuchar eso, pero decidió quedase cerca de ella. Mientras Tula avanzaba lentamente, Mico aprovechó para hacerle compañía.
"¿Sabés? Me gustaría que fueras mi amiga" - confesó Mico timidamente.
Tula lo miró sorprendida.
"¿Amiga? Pero si sos un mono tan acelerado y yo soy una tortuga lenta" - dijo Tula con una risita.
"Eso no tiene que importarnos. Podemos divertirnos de diferentes maneras. Además, yo podría enseñarte a saltar, y vos a nadar mejor" - explicó Mico mientras intentaba hacer saltos demostrativos.
Tula se rió y, finalmente, aceptó su amistad. Mico estaba tan contento que decidió organizar un juego en el que todos los animales de la selva podrían participar. Se le ocurrió una gran idea: una carrera amistosa entre todos los animales.
Con mucha emoción, Mico comenzó a invitar a todos sus compañeros de la selva. Sin embargo, algunos animales se mostraron escépticos.
"No creo que una tortuga pueda competir con un jaguar" - comentó Rocco, el jaguar, riéndose.
Mico, sin embargo, decidió hablar con Tula sobre lo que escuchó. Tula se sintió desanimada, pero Mico le dijo:
"No importa lo que digan. Lo importante es que nos divirtamos todos juntos. No se trata de ganar, sino de hacer nuevos amigos".
Así que comenzó la carrera. Cada animal tenía su propio estilo, y aunque Rocco iba ganando, Tula disfrutaba cada instante mientras avanzaba con paciencia. Mico saltaba entre los espectadores animándola y aplaudiendo su esfuerzo. Todos los animales comenzaron a gritar y a aplaudir a Tula.
A medida que la carrera avanzaba, Rocco se dio cuenta de lo emocionados que estaban los demás al ver a Tula avanzar. Al llegar a la meta, decidió detenerse y esperarla. Cuando finalmente Tula cruzó la línea, todos la aplaudieron. Rocco, sonriendo, le dijo:
"Tula, no sólo fuiste valiente, sino que mostraste que la verdadera carrera es la que se hace con amigos".
Tula, aunque no llegó primera, también sonrió feliz.
"¡Gracias, Rocco!" - respondió con alegría.
Mico se sintió más feliz que nunca. Por primera vez en su vida, sentía que había ayudado a alguien a encontrar su lugar y que su idea había conectado a todos los animales de la selva. Desde ese día, en la selva no solo había un mono divertido, sino también una tortuga valiente y muchos nuevos amigos divertidos.
Así, Mico y Tula aprendieron que la amistad no se trata de ser los más rápidos o los más fuertes, sino de estar juntos y disfrutar cada momento, sin importar las diferencias. Y cada vez que alguien les decía que no podrían encajar, ellos simplemente sonreían y seguían viviendo aventuras juntos.
Y así, la selva se llenó de risas, juegos y una fuerte amistad que siempre perduraría en el tiempo.
FIN.