El monolito y la ñusta aventurera


En un valle escondido, se erguía un misterioso monolito de piedra, que desde tiempos inmemoriales había observado el paso de las estaciones, los animales y las personas que habitaban la región.

Un día, una ñusta curiosa y aventurera llamada Killa decidió explorar el valle. Al divisar el imponente monolito, decidió acercarse para entablar conversación. -Hola, señor Monolito. ¿Por qué estás tan quieto y silencioso? -preguntó Killa. El Monolito, sorprendido, contestó: -Hace mucho tiempo que estoy aquí.

Observando y escuchando todo lo que sucede a mi alrededor. Pero ninguna ñusta había venido a hablarme. -No me extraña, soy una ñusta muy curiosa y siempre estoy en busca de aventuras -respondió Killa con entusiasmo.

El Monolito, intrigado por la valentía de la ñusta, decidió contarle historias de tiempos antiguos y lecciones sobre la importancia de la paciencia y la sabiduría. Juntos, el Monolito y Killa emprendieron viajes por el valle, con la ñusta escuchando atentamente las enseñanzas del anciano.

Con el tiempo, Killa se convirtió en una ñusta sabia, respetada por su comunidad. Y el Monolito, que tanto tiempo había permanecido inmóvil, encontró en Killa un espíritu libre y valiente que le devolvió la alegría y el sentido de su existencia.

Desde entonces, el valle se llenó de historias de la ñusta aventurera y el monolito, que juntos demostraron que la sabiduría puede estar en todas partes, incluso en una simple conversación entre una ñusta y una piedra. -

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