El monstruo de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivían muchos animales felices y amigables.

En este lugar mágico, los animales se ayudaban mutuamente y siempre buscaban la manera de mantener la paz y la armonía entre ellos. Un día, llegó a Villa Esperanza un nuevo habitante muy especial: un simpático conejito llamado Benito. Benito era muy valiente y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Pronto se hizo amigo de todos los animales del pueblo, quienes lo adoraban por su espíritu aventurero. Un buen día, mientras paseaba por el bosque cercano al pueblo, Benito escuchó unos extraños ruidos provenientes de una cueva escondida entre los árboles.

Su curiosidad lo llevó a acercarse para averiguar qué estaba pasando. Cuando entró en la cueva, se encontró con una sorpresa desagradable: ¡un monstruo terrorífico! El monstruo tenía garras afiladas como cuchillos y dientes puntiagudos como agujas.

Benito sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero recordó que debía ser valiente por el bien de todos en Villa Esperanza. El conejito decidió enfrentar al monstruo para proteger a su querido pueblo.

Se acercó lentamente al monstruo y le dijo con voz firme: "-¡Hola! Soy Benito, el conejo más valiente de todo el pueblo. ¿Qué haces aquí?"El monstruo miró sorprendido al pequeño conejo y respondió con voz temblorosa: "-Soy Mordelón, el monstruo del bosque.

Estoy aquí porque tengo miedo de los animales y quería asustarlos para que no se acerquen a mí. "Benito se dio cuenta de que Mordelón no era realmente malo, solo estaba asustado.

Se le ocurrió una idea y le propuso al monstruo: "-Mordelón, ¿qué te parece si en lugar de asustar a los demás animales, nos convertimos en amigos? Podrías unirte a nosotros en Villa Esperanza y ser parte de nuestra comunidad. "El monstruo pareció pensar por un momento y luego sonrió tímidamente.

"-Eso suena bien", dijo Mordelón. "-Si puedo ser amigo de los demás animales, ya no me sentiré tan solo ni tendré que asustarlos más. "Así fue como Benito llevó a Mordelón de regreso a Villa Esperanza.

Al principio, algunos animales estaban temerosos ante la presencia del monstruo, pero Benito les explicó que Mordelón solo necesitaba amor y amistad.

Con el tiempo, todos los habitantes del pueblo aceptaron al nuevo amigo con cariño y pronto descubrieron que bajo esa apariencia espantosa se encontraba un corazón tierno y generoso. Mordelón aprendió muchas cosas gracias a sus nuevos amigos en Villa Esperanza: cómo compartir, cómo ayudarse mutuamente y cómo superar sus miedos juntos.

El pueblo se convirtió en un lugar aún más especial con la inclusión del amigable monstruo.

Y así es como Villa Esperanza siguió siendo un lugar lleno de paz y armonía gracias al valor y la compasión del valiente conejito Benito, quien demostró que incluso en los momentos más aterradores, siempre hay espacio para la amistad y el perdón.

FIN.

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