El monstruo de la casa abandonada
En un pequeño pueblo, existía una casa abandonada al final de la calle. Se rumoreaba que un monstruo vivía allí, por lo que nadie se atrevía a acercarse.
Un día, un grupo de valientes amigos, Lucas, Sofía y Martín, decidió explorar la casa. Al abrir la puerta chirriante, se encontraron con un pasillo oscuro y escalofriante. --¿Tienen miedo? --preguntó Lucas tratando de disimular su nerviosismo. --Un poco, pero si vamos juntos, no pasará nada --respondió Sofía con determinación.
Avanzaron con precaución y descubrieron que la casa estaba llena de polvo y telarañas. De repente, escucharon un ruido extraño que provenía del sótano. Sin embargo, en lugar de salir corriendo, decidieron investigar.
Al bajar las escaleras, descubrieron al monstruo, quien en realidad no era tan aterrador como imaginaban. Era un ser animal y extraño, pero su rostro reflejaba tristeza. --¿Qué haces aquí? --preguntó Martín con curiosidad.
El monstruo explicó que se sentía solo y asustado, pues todos lo juzgaban por su apariencia. Los amigos se dieron cuenta de que el monstruo necesitaba ayuda y comprensión. Decidieron llevarlo a la luz del sol, sacarlo de esa casa abandonada y presentarlo a los habitantes del pueblo.
Al principio, todos se asustaron, pero al escuchar la historia del monstruo, comenzaron a comprenderlo. A medida que pasaba el tiempo, el monstruo se convirtió en un miembro querido de la comunidad, enseñando a todos que la apariencia no define a una persona.
La casa abandonada se convirtió en un lugar de encuentro para todos, donde el monstruo encontró no solo amistad, sino también un hogar. Y los amigos aprendieron que la valentía y la comprensión pueden cambiar vidas.
FIN.