El Monstruo del Bosque Encantado



Había una vez en el pequeño pueblo de Villa Monstruosa, tres amigos muy especiales: Martín Pérez, Mercedes Báez y Nicolás Villalobos. A estos tres les encantaba todo lo relacionado con los monstruos: libros, películas, juegos...

¡todo! Un día, mientras exploraban el desván de la casa de Martín, encontraron un viejo libro que hablaba sobre la existencia de un monstruo legendario llamado "El Monstruo del Bosque Encantado".

Este monstruo era conocido por su gran tamaño y su apetito voraz. -¡Guau! ¡Esto es increíble! -exclamó Mercedes emocionada-. ¿Podemos ir a buscarlo? -¡Sí! Sería genial descubrir si realmente existe -dijo Nicolás entusiasmado. Los tres amigos decidieron emprender una aventura para encontrar al Monstruo del Bosque Encantado.

Sabían que no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentar cualquier desafío. Armados con mochilas llenas de provisiones y mapas dibujados por ellos mismos, se adentraron en el espeso bosque.

El camino estaba lleno de ramas retorcidas y sombras misteriosas que los hacían sentir escalofríos en la espalda. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente detrás de unos arbustos. Con cautela, se acercaron sigilosamente y descubrieron a un pequeño monstruito asustado llamado Max. -¿Qué te pasa? -preguntó Martín preocupado.

-Me he perdido en este bosque enorme y ahora no sé cómo volver a casa -respondió Max con tristeza. Sin dudarlo, los tres amigos decidieron ayudar a Max.

Utilizando su ingenio y habilidades, lograron encontrar el camino de vuelta al hogar del pequeño monstruo. -¡Muchas gracias por rescatarme! -dijo Max emocionado-. Nunca olvidaré lo amables que han sido conmigo.

¿Hay algo que pueda hacer para agradecerles? -Nos encantaría conocer al Monstruo del Bosque Encantado -dijo Mercedes con una sonrisa. Max los miró sorprendido y les explicó que él era el Monstruo del Bosque Encantado, pero no era como lo describían en el libro.

No era malvado ni tenía un apetito voraz, solo quería vivir en paz y disfrutar de la naturaleza. Los tres amigos se dieron cuenta de que habían juzgado erróneamente a Max sin conocerlo realmente.

Aprendieron la importancia de no dejarse llevar por las apariencias y dar oportunidades a las personas (o monstruos) para mostrar quiénes son en realidad. Desde ese día, Martín, Mercedes y Nicolás se convirtieron en grandes amigos de Max. Juntos exploraron nuevos lugares mágicos e increíbles aventuras.

Descubrieron que no todos los monstruos son malos y que cada uno es único a su manera. La historia de Martín Pérez, Mercedes Báez, Nicolás Villalobos y Max nos enseña sobre la importancia de ser amables, abiertos de mente y no juzgar a los demás por su apariencia o prejuicios infundados.

Además, nos muestra cómo la amistad puede surgir de las situaciones más inesperadas y cómo el trabajo en equipo puede superar cualquier obstáculo.

Y así, los cuatro amigos continuaron viviendo emocionantes aventuras juntos, demostrando que la verdadera amistad no tiene límites ni barreras.

FIN.

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