El monstruo del enojo de Lili



Lili era una niña muy especial. Le encantaba dibujar, jugar con sus amigos y pasar tiempo con su familia. Pero a veces, un monstruo feo crecía en su interior, y ella se enojaba fácilmente y se ponía muy nerviosa.

Su mamá notó que algo no andaba bien y decidió hablar con Lili. "¿Cómo te sientes, mi amor?", le preguntó su mamá con cariño. Lili no sabía qué decir, pero su mamá le recordó que siempre podía contarle lo que sucedía.

"A veces me siento enojada y nerviosa, y no sé por qué", confesó Lili.

Su mamá la abrazó con ternura y le explicó que era normal sentirse así de vez en cuando, pero que también había formas de manejar esos sentimientos. Juntas, buscaron estrategias para que Lili se sintiera mejor y aprendiera a controlarse. Pronto, Lili descubrió que al respirar profundo y contar hasta diez, lograba calmarse. También aprendió a pedir ayuda cuando se sentía abrumada.

Su mamá le recordó que nunca estaba sola, que siempre podía contar con ella para ayudarla a enfrentar a su monstruo del enojo.

Con el tiempo, Lili se volvió más paciente y tranquila, y el monstruo del enojo se volvió cada vez más pequeño. En su lugar, crecieron la comprensión y la calma. Lili se dio cuenta de que su mamá tenía razón: con un abrazo y alguien que te escuche, todo puede mejorar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!