El monstruo del móvil



Había una vez un niño llamado Martín, que pasaba horas y horas jugando con su móvil. Desde que despertaba hasta que se iba a dormir, su único compañero era esa pantalla brillante. Un día, mientras jugaba su videojuego favorito, algo extraordinario sucedió. De la pantalla del móvil salió un monstruo gigantesco, con piel de colores y ojos brillantes.

"¡Hola, Martín!" - dijo el monstruo, estirando sus largas garras hacia él. "¡Vine para llevarte a mi mundo de juegos!"

Martín, asombrado pero un poco asustado, retrocedió.

"¿A... a dónde?" - preguntó el niño, preguntándose si debía correr.

"A un lugar lleno de aventuras, donde nada es imposible. ¡Dame tu mano!" - insistió el monstruo.

Martín, curioso y cauteloso, decidió seguir al monstruo. Juntos, atravesaron un portal que se formó en la pantalla del móvil. Al instante, se encontraron en un mundo de colores brillantes, rodeados de criaturas fantásticas y paisajes surrealistas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que ese mundo no era tan perfecto como parecía.

"¡Oye, esto es increíble!" - exclamó Martín.

"Sí, pero hay un problema. Necesito tu ayuda para derrotar a un ogro que está arruinando la diversión de todos" - explicó el monstruo.

Martín no dudó. Siempre había soñado con ser un héroe en sus juegos, y ahora se le presentaba la oportunidad. Juntos, comenzaron a buscar al ogro, atravesando montañas, ríos y bosques llenos de sorpresas.

A lo largo de su camino, Martín usó su astucia y habilidades adquiridas en los videojuegos para superar diversos obstáculos. Sin embargo, cuando finalmente se encontraron con el ogro, se dieron cuenta de que era más feroz de lo que habían imaginado.

"¿Quién se atreve a interrumpir mi fiesta?" - rugió el ogro, quien estaba rodeado de juguetes destruidos.

"¡Nosotros!" - respondió el monstruo con valentía. "¡Martín y yo vinimos a ayudarte!"

"¿Ayudarme? ¡Pero si estoy aquí para asustar!" - dijo el ogro, confundido.

Fue entonces cuando Martín se acercó al ogro y le dijo:

"¿Por qué asustas a los demás? Tal vez solo necesitas un amigo. A veces, las personas crean monstruos porque están solas. Si dejas de asustar, podríamos jugar juntos!"

El ogro, sorprendido por la dulzura de Martín, reflexionó por un momento. Todos habían huido de él por miedo.

"No lo había pensado así..." - murmuró el ogro, con una voz más suave.

Al ver que el ogro comenzaba a cambiar, Martín no perdió la oportunidad.

- “¡Podemos enseñarte a jugar! Hay tantas aventuras que podríamos tener si trabajamos juntos.”

El ogro sonrió por primera vez, y aquel rostro que antes parecía aterrador se iluminó con la idea de compartir y divertirse.

- “¡Está bien! ¡Quiero jugar! Empecemos ya! ”

Así, Martín, el monstruo amable y el ogro se volvieron los mejores amigos. Juntos, crearon un nuevo mundo de juegos donde todos eran bienvenidos, y donde la diversión y la amistad eran lo más importante.

Martín, habiendo aprendido la lección de que pasarse el día con el móvil no era tan bueno como vivir aventuras en la vida real, decidió regresar a su hogar.

- “Gracias por todo, amigos. Prometo jugar menos en el móvil y más en la vida real.”

Cuando Martín salió del mundo de juegos, se dio cuenta de que había un equilibrio entre disfrutar de la tecnología y vivir nuevas aventuras al aire libre.

Desde ese día, Martín invitó a sus amigos a jugar en el parque, a correr y a compartir historias, y cada vez que miraba su móvil, sonreía al recordar a sus nuevos amigos. Y así, se hizo un héroe no solo en el mundo de los juegos, sino también en su vida real.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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