El monstruo que descubrió nuevos sabores


Había una vez un monstruo llamado Carlitos, que solamente comía galletas. No importaba qué tipo de galleta fuera, él las devoraba todas.

Pero un día, Carlitos se dio cuenta de que su amor por las galletas estaba causándole problemas. Un día, mientras caminaba por el bosque en busca de más galletas, se encontró con un grupo de animales del bosque. Había un conejo, una ardilla y un zorro. "Hola Carlitos", dijo el conejo.

"¿Por qué siempre estás buscando galletas?""Es porque me encantan", respondió Carlitos con la boca llena de migajas. "Pero ¿no te cansas de comer lo mismo todo el tiempo?", preguntó la ardilla.

Carlitos frunció el ceño y pensó en lo que habían dicho los animales del bosque. Tal vez tenían razón. Él nunca había probado nada más que no fueran galletas. Decidió salir a explorar y encontrar algo nuevo para comer.

Pasaron los días y cada vez encontraba cosas nuevas para probar: manzanas, zanahorias e incluso algunas bayas deliciosas. Sin embargo, cuando regresó al bosque para compartir sus nuevos descubrimientos con sus amigos animales del bosque, noto algo extraño: todos ellos estaban enfermos.

"¿Qué les pasó?", preguntó Carlitos preocupado. "Comimos demasiadas golosinas azucaradas y ahora nos sentimos mal", explicaron los animales del bosque. Carlitos entendió entonces que debía haber equilibrio en su alimentación: no podía abusar ni excederse en ningún alimento por más rico que éste fuera.

A partir de ese día, Carlitos aprendió a comer una variedad de alimentos y descubrió que podía disfrutar de muchas cosas diferentes.

Y aunque todavía le gustaban las galletas, ahora las comía con moderación y siempre acompañado por otros alimentos saludables. La moraleja de esta historia es que debemos tener una alimentación equilibrada para mantenernos sanos y fuertes. Además, la diversidad en nuestra dieta nos permite disfrutar de nuevos sabores y texturas todos los días.

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