El Monstruo que Necesitaba Luz



Había una vez en un pequeño pueblo una criatura llamada Mounstro, que aterrorizaba a los niños por las noches con sus pesadillas. Los niños tenían miedo de dormir y sus padres estaban desesperados por encontrar una solución.

Un día, Carlitos, un niño valiente y curioso, decidió investigar sobre la criatura de las pesadillas. Le preguntó a su padre Juan si sabía algo al respecto.

"Papá Juan, ¿sabes algo sobre el Mounstro de las pesadillas?""Sí Carlitos, he oído hablar de él. Se dice que vive en lo más profundo del bosque y se alimenta del miedo de los niños.

"Carlitos decidió enfrentarse a su miedo y buscar al Mounstro para poner fin a sus malvadas acciones. Empacó algunas cosas esenciales en su mochila y partió hacia el bosque.

Durante su camino encontró a un anciano sabio que le dio algunos consejos:"Si quieres vencer al Mounstro debes aprender a controlar tus propios miedos primero"Carlitos siguió caminando hasta que llegó al corazón del bosque donde descubrió la guarida del Mounstro. Lo encontró durmiendo profundamente y decidió acercarse sigilosamente para verlo más de cerca.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que el Mounstro no era tan terrible como parecía. Tenía grandes ojos tristes y una expresión solitaria en su rostro. Algo dentro de Carlitos le dijo que este monstruo necesitaba ayuda tanto como cualquier otra persona.

Carlitos pensativo volvió con Papá Juan y le contó todo lo que había descubierto. Juntos, idearon un plan para ayudar al Mounstro a superar sus miedos. La noche siguiente, Carlitos y Papá Juan regresaron al bosque con una gran sorpresa: una enorme linterna de luz brillante.

Cuando encontraron al Mounstro, lo despertaron suavemente y le explicaron que no tenía por qué alimentarse del miedo de los niños. "Mira esta luz", dijo Papá Juan mientras encendía la linterna. "Es una luz de esperanza y coraje.

Te ayudará a vencer tus propios miedos". El Mounstro se asombró ante la luz brillante, nunca antes había visto algo tan hermoso. Poco a poco fue acercándose a ella hasta que finalmente logró tocarla.

De repente, el Mounstro comenzó a cambiar. Su piel oscura se convirtió en un brillo dorado y sus ojos tristes se iluminaron con alegría. "¡Lo logré! ¡Ya no tengo más miedo!" exclamó el Mounstro emocionado.

Desde ese día en adelante, el Mounstro se convirtió en un ser luminoso lleno de amor y amistad hacia todos los niños del pueblo. Ya no causaba pesadillas ni temor en nadie.

Carlitos aprendió que muchas veces nuestros mayores temores son solo sombras sin sustancia alguna detrás de ellas; también aprendió cómo la empatía puede transformar incluso las criaturas más terribles en seres bondadosos. Y así vivieron felices para siempre...

FIN.

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