El monstruo valiente
Había una vez en un lejano bosque un monstruo muy especial. Era tan grande como un armario y tan animal como un oso, pero en realidad, era un monstruo miedoso.
Tenía grandes ojos amarillos y orejas puntiagudas que se movían cada vez que escuchaba un ruido. A pesar de su aspecto aterrador, en el fondo, el monstruo solo quería tener amigos y no ser tan miedoso. Un día, el monstruo decidió que ya era suficiente.
Se miró en un charco y se dijo a sí mismo: 'Hoy será el día en que dejaré de temerle a todo'. Con determinación, el monstruo salió en busca de aventuras.
En su camino, se encontró con una ardilla traviesa, un búho sabio y una mariposa colorida. Todos ellos se asustaron al ver al monstruo, pero él, decidido a vencer sus miedos, les dijo con voz temblorosa: 'Hola, soy un monstruo miedoso, pero quiero ser valiente.
¿Me acompañarían en mi viaje para enfrentar mis temores?' La ardilla, el búho y la mariposa se miraron entre sí y luego, sonrieron al monstruo. Juntos, avanzaron por el bosque, superando obstáculos y desafiando sus propios miedos. Finalmente, llegaron a un puente colgante que crujía con cada paso.
El monstruo, sintiendo el miedo recorrer su cuerpo, respiró hondo y con valentía cruzó el puente. Del otro lado, una sorpresa lo estaba esperando. Un grupo de niños jugaba y al ver al monstruo, se acercaron con curiosidad.
El monstruo, temblando un poco, les explicó que quería dejar de ser miedoso y que gracias a la ayuda de sus amigos, lo estaba logrando. Los niños, emocionados, le tendieron las manos al monstruo y juntos, empezaron a jugar.
El monstruo descubrió que con valentía y amigos, todo era posible. Desde ese día, el monstruo ya no era miedoso. Había encontrado el coraje en su corazón y la amistad en sus nuevos amigos.
Y así, el monstruo valiente vivió muchas aventuras junto a sus amigos, demostrando que todos pueden superar sus miedos si se lo proponen.
FIN.