El Mosquito Bueno
En un hermoso bosque vivía un mosquito muy especial llamado Mateo. A diferencia de los demás mosquitos, Mateo no picaba a los animales ni a los humanos. En lugar de eso, les ayudaba a encontrar comida, les cantaba canciones para alegrarles el día y les contaba fabulosas historias.
Un día, Mateo escuchó a un grupo de pájaros tristes porque no encontraban frutas para comer. Mateo se acercó y les mostró el camino hacia un árbol lleno de deliciosas frutas. Los pájaros, sorprendidos por la amabilidad de Mateo, le agradecieron y se hicieron amigos.
Una tarde, mientras Mateo cantaba alegremente, escuchó sollozos provenientes de un lago. Se acercó y vio a un sapo muy triste. El sapo le contó a Mateo que había perdido su canto y ya nadie quería estar cerca de él. Sin dudarlo, Mateo se posó sobre la cabeza del sapo y le cantó las canciones más alegres y divertidas que conocía. Poco a poco, el sapo recuperó su alegría y volvió a cantar, agradecido por la amistad del mosquito.
Un día de verano, el bosque se vio amenazado por un incendio. Todos los animales estaban asustados y no sabían qué hacer. Mateo, con valentía, voló a lo más alto y empezó a agitar sus alas con fuerza, trayendo consigo una brisa fresca que apagó las llamas. Los animales, asombrados y agradecidos, celebraron a Mateo como el héroe del bosque.
Desde entonces, Mateo se convirtió en el guardián del bosque, ayudando a todos los animales en momentos de necesidad y demostrando que la bondad y la valentía pueden hacer del mundo un lugar mejor.
FIN.