El mosquito que quería ser bueno



Había una vez en un pequeño bosque, un mosquito llamado Matías. A diferencia de los demás mosquitos, a Matías no le gustaba picar a las personas ni a los animales. Él quería ser bueno y ayudar a los demás.

Pero siempre se sentía excluido por su forma de ser. Un día, Matías decidió hablar con la abuela mariposa, quien era conocida por su sabiduría.

"Abuela mariposa, ¿cómo puedo ser bueno en un mundo donde todos esperan que sea malo?" - le preguntó Matías con tristeza. La abuela mariposa le explicó que ser bueno no era fácil, pero que siempre valía la pena.

Le contó historias de otros insectos que habían logrado grandes cosas siendo bondadosos y le enseñó que, a pesar de las dificultades, la bondad siempre prevalece. Animado por las palabras de la abuela mariposa, Matías decidió buscar la forma de ayudar a los demás.

Durante su búsqueda, conoció a una araña que estaba teniendo problemas para tejer su tela. Matías decidió colaborar y juntos lograron crear la tela más resistente y hermosa que el bosque hubiera visto. Esto demostró que, a pesar de ser diferente, Matías tenía mucho para ofrecer.

Poco a poco, otros insectos del bosque comenzaron a notar las buenas acciones de Matías y a apreciar su invaluable ayuda. Finalmente, Matías comprendió que su bondad no solo le traía satisfacción personal, sino que también podía hacer la diferencia en el bosque.

Desde entonces, todos en el bosque lo admiraron y cada vez que lo veían, le agradecían por su amabilidad y generosidad.

Matías se dio cuenta de que, aunque ser bueno no era fácil, valía la pena seguir siendo así, porque era lo que le permitía ser feliz y hacer felices a los demás.

FIN.

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